Portugal da pasos atrás en la relajación de medidas contra la Covid. El país vecino se encuentra inmerso en su cuarta ola, justo cuando avistaban el final de la pandemia. Han tenido que tomar medidas muy restrictivas ante el avance desbocado del virus, en especial, en las grandes ciudades. "No estamos en condiciones de dar por acabada la pandemia", ha asegurado la ministra de Estado y de la Presidencia, Mariana Vieira da Silva, en declaraciones recogidas por elDiario.es.

Lisboa, Albufeira, Braga u Oporto, son algunas de las grandes ciudades que han dado un paso atrás y han recuperado el toque de queda ante el pico de contagios que están experimentando. En estas localidades sus habitantes no podrán salir de casa entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana.

La distribución del virus por el país no es homogénea, pero en cifras generales se observa que en uno más Portugal ha pasado de registrado 400 nuevos casos diarios además de 2.000, y las autoridades sanitarias prevén que se situarán en los 4.000 en un par semanas.

El resto de indicadores también se han disparado. Según informa Efe, durante este fin de semana se registró una incidencia a 14 días por cada 100.000 habitantes de 189,4 y su índice Rt, que controla a las personas que infecta cada contagio, se situaba en 1,16. Una situación que nos puede parecer familiar, pero que se justifica con un factor que no se cumple en Catalunya: el variante delta es el predominante.

Un tranvía por las calles de Lisboa / Unsplash

Una cuarta ola|oleada diferente

Más rápida, menos exposición para el contagio, menos eficacia de una sola dosis, estos son algunos de los aspectos destacados del variante delta, la mayoritaria en Portugal. A pesar de su facilidad para ser contagiada, las autoridades sanitarias portuguesas han asegurado que esta ola no tensará el sistema sanitario como las anteriores. Eso es debido al hecho de que la mayoría de los contagios se concentran en las franjas más jóvenes de población. Son pacientes que raramente acaban en los hospitales, por lo tanto, no hay un riesgo tan elevado de colapso.

Sin embargo, el gobierno portugués recuerda que la nueva ola no afecta solo a los jóvenes, sino también a los habitantes de 45 a 59 años, los cuales tienen más peligro de partir el virus de forma grave. Las franjas más afectadas coinciden con las tendencias que viven muchos estados europeos, entre los cuales se incluye España, y tienen un factor en común: afectan a la población que no tiene la pauta completa de vacunación. Como recordó Vieira da Silva, eso "significa que las vacunas funcionan".

"Cansancio pandémico"

Son muchos los factores que han influido en que Portugal experimente una cuarta ola cuando las parecía que el Estado estaba saliendo de su pesadilla particular con la Covid. Pero entre las diversas posibilidades que estudian los expertos para justificar esta involución se encuentra lo que denominan "cansancio pandémico", según explica elDiario.es.

Se trata de un fenómeno que no es exclusivo de Portugal y que simplemente hace referencia al cansancio de la población por lidiar con las medidas restrictivas contra el virus. Un factor que se ha juntado a la desescalada que se experimentaba ante la bajada de casos. Los expertos recuerdan que no es el único aspecto que influye en un rebrote.

 

Imagen principal: Una mujer pasea por una plaza de Lisboa / Europa Press