El aumento de reinfección por coronavirus con la variante Ómicron sería altamente más peligrosa que la Delta. Así pues, con Delta, una persona que había sufrido la enfermedad previamente, tenía 10 veces menos probabilidad de volver a sufrirla. En cambio, con Ómicron, esta probabilidad se reduce a 4 veces menos y, por lo tanto, si lo analizamos a la inversa: la variante sudafricana es seis veces más peligrosa que la india. Aunque en el matiz de adjetivarlas por su procedencia, se tiene que remarcar que los orígenes siempre acaban siendo diversos y, muchas veces, se subrayan países subdesarrollados aunque estas variantes también se han detectado en paralelo en países no pertenecientes al llamado "tercer mundo".

Estudio sudafricano

Este estudio todavía está pendiente de revisión pero es el más nuevo que se ha hecho sobre el quebradero de cabeza que ha comportado en las últimas semanas, el retorno a muchas restricciones en el transporte y movimiento entre países. En nuestra casa, se ha hecho eco el BIOCOMSC pero es Juliet Pulliam, directora del centro de Sudáfrica DSI-NRF Epidemiological Modelling and Analysis de la Universidad de Stellenbosch que ha publicado los datos. El estudio es lo bastante extenso: participaron 2.796.982 individuos con SARS-CoV-2 confirmado en laboratorio que tuvieron un resultado positivo al menos 90 días antes del 27 de noviembre de 2021. Se consideró que las personas con pruebas positivas secuenciales con una diferencia de 90 días como mínimo tenían sospecha de reinfección.

De estos, se identificaron 35.670 reinfecciones sospechosas entre 2.796.982 individuos con SARS-CoV-2 confirmado en laboratorio que tuvieron un resultado positivo al menos 90 días antes del 27 de noviembre de 2021. Aunque se observaron aumentos del riesgo de infección primaria después de la introducción de las variantes Beta y Delta, no se observó ningún aumento correspondiente en el riesgo de reinfección.

La relación de riesgo estimado para la reinfección versus la infección primaria fue más baja durante las olas impulsadas por las variantes Beta y Delta. En cambio, Pulliam alerta: "La reciente difusión de la variante de Ómicron se ha asociado con una disminución del coeficiente de peligro para la infección primaria y un aumento del coeficiente de riesgo de reinfección. La relación de riesgo estimada para la reinfección versus la infección primaria durante el periodo comprendido entre el 1 de noviembre de 2021 y el 27 de noviembre de 2021 en comparación con la ola 1 fue de 2,39".

Conclusiones

La conclusión que ofrece el estudio es clara: "La evidencia a nivel de población sugiere que la variante de Ómicron se asocia con una capacidad sustancial de evadir la inmunidad de una infección previa. En cambio, no hay evidencia epidemiológica en toda la población de huida inmune asociada con las variantes Beta o Delta. Este hallazgo tiene implicaciones importantes para la planificación de la salud pública, especialmente en países como Sudáfrica con altas tasas de inmunidad por infección previa. Quedan preguntas urgentes sobre si Ómicron también es capaz de evadir la inmunidad inducida por la vacuna y las posibles implicaciones de la reducción de la inmunidad a la infección en la protección contra enfermedades graves y muertos".

En todo eso, se tiene que tener en cuenta que la infección previa con SARS-CoV-2 proporciona al menos un 80% de reducción del riesgo de infección. Ahora, la variante Ómicron de SARS-CoV-2 demuestra una evidencia sustancial a nivel de población para la evasión de la inmunidad de una infección previa. Los pasos siguientes incluyen cuantificar el alcance del escape inmunológico de Ómicron para la inmunidad natural y derivada de la vacuna, así como la transmisibilidad en relación con otras variantes.

Fotografía de portada: test sobre la variante Ómicron en un centro de Tailandia