El director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, el catalán Josep Baselga, no divulgó millones de dólares en pagos de farmacéuticas los últimos años omitiendo estos lazos financieros en docenas de artículos de investigación, según publica The New York Times.
Este diario publica una información en colaboración con ProPublica, una organización de periodismo de investigación sin ánimo de lucro, en el que revela una mala praxis de Baselga a la hora de publicar sus artículos científicos en prestigiosas publicaciones como The New England Journal of Medicine y The Lancet.
Figura destacada en la lucha contra el cáncer
Baselga es una figura destacada en la lucha contra el cáncer, es el director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center y ha tenido funciones asesoras con Roche y Bristol-Myers Squibb, entre otras corporaciones.
Ha participado también en start-ups que prueban terapias contra el cáncer y ha desarrollado un papel clave en el desarrollo de fármacos que revolucionaron los tratamientos contra el cáncer de mama.
Según la investigación de The New York Times y ProPublica, Baselga no habría seguido las reglas de divulgación financiera establecidas por la Asociación norte-Americana para la Investigación del Cáncer cuando era el presidente.
También omitió los pagos que recibió de compañías relacionadas con la investigación del cáncer en sus artículos publicados en la revista del grupo, Cancer Discovery. Al mismo tiempo era uno de los dos editores jefe de la revista.
Según el reportaje, Baselga dio en el 2017 un giro positivo en los resultados de dos ensayos clínicos patrocinados por Roche que muchos otros consideraron decepciones, sin revelar su relación con la empresa.
Desde 2014, había recibido más de 3 millones de dólares de Roche en honorarios de consultoría y por su participación en una compañía.
Baselga no cuestionó sus relaciones con al menos una docena de estas compañías y, en contacto con The New York Times, dijo que los lapsos de revelación no fueron intencionados.
Puso énfasis en que grande parte del trabajo en la industria era públicamente conocido, aunque se negó a proporcionar cifras de pago de su participación en algunas nuevas empresas de biotecnología.
"Reconozco que ha habido inconsistencias, pero eso es lo que es", dijo, aunque matizó: "No es que no aprecie la importancia".
Las extensas relaciones corporativas del doctor Baselga -y su frecuente olvido a divulgarlas- ilustran el permeables que son las fronteras entre la investigación académica y la industria, y como las revistas médicas y las sociedades profesionales encargadas de vigilarlas imponen los requisitos de información.
Baselga se comprometió a corregir en 17 artículos sus informes de conflicto de intereses, incluidos The New England Journal of Medicine, The Lancet y la publicación que edita, Cancer Discovery.
"Pasé mi carrera cuidando pacientes con cáncer y costalero nuevas terapias en la clínica con el objetivo de extender y salvar vidas", dijo Baselga, que comentó que "aunque he sido inconsistente con las revelaciones y reconozco este hecho, eso está muy lejos de comprometer mis responsabilidades como médico, científico y líder clínico".