Cambio de paradigma para el concepto de obesidad. Un comité de 56 expertos internacionales en obesidad clínica ha trabajado durante más de dos años para consensuar un nuevo enfoque sobre cómo detectar la obesidad y definir cuándo tiene que ser considerada una enfermedad. En un artículo publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology, los expertos redefinen la obesidad y proponen ir más allá del índice de masa corporal (IMC) como fuente para diagnosticarla. Esta comisión global, que ha contado con el apoyo de 75 organizaciones médicas acaba de publicar este trabajo en el que ha participado el doctor José Manuel Fernández-Real, integrante del Instituto de Investigación Biomédica de Girona y del Hospital Trueta, que en una entrevista en EFE ha reconocido la carga de gasto que suponen las enfermedades y riesgos de salud vinculados, pero insiste en que hay que luchar "contra este estigma, porque las causas de la obesidad son subyacentes, muy complejas y no únicas". La nueva investigación deja claro que tener un índice de masa corporal (IMC) elevado no es una condición suficiente para considerar a una persona obesa.
Mediciones de la obesidad
El doctor sostiene que la obesidad "es una enfermedad que hay que tratar como enfermedad", subraya antes de precisar que "la persona no es obesa como tal, tiene obesidad". El informe plantea un nuevo enfoque para diagnosticar que se basa en otras maneras en medir el exceso de grasa corporal que complementen al IMC, además de tener también en cuenta signos y síntomas de salud precaria. El planteamiento es el de abordar las limitaciones de la definición y el diagnóstico tradicionales de obesidad para entender que han dificultado las políticas sanitarias y han impedido a los afectados recibir la atención necesaria. José Manuel Fernández-Real explica cómo el profesor Francesco Rubino, del King's College londinense, lideró la causa, se erigió en presidente de la comisión e invitó representantes de todo el mundo.
Fernández-Real ha explicado que "todo parte del hecho de que el IMC es un marcador con muchas limitaciones y se podía redefinir la obesidad con otros componentes como la cintura de las personas". Para los individuos de ascendencia europea, un IMC superior a 30 kilos por metro cuadrado se considera un indicador de obesidad, pero la comisión destaca que no refleja su distribución en el cuerpo ni proporciona información sobre salud. En este sentido, explican que algunas personas tienden a almacenar el exceso de grasa en la cintura y en los órganos de su alrededor, con el consiguiente mayor riesgo que cuando sucede bajo la piel de los brazos o piernas. En cambio, hay otras personas que presentan a veces un IMC que no llega al grado de obesidad, con que sus problemas de salud pasarían desapercibidos y los cuales, a pesar de constatar niveles altos, mantienen funciones orgánicas y corporales normales sin síntomas de enfermedad. Así pues, el nuevo informe propone confirmar el exceso de grasa del cual alerta el IMC con medidas de partes del cuerpo como la circunferencia de la cintura o su relación con la altura. Además, los expertos también plantean la posibilidad de contrastar con otras pruebas como un escaneo de densitometría ósea y puntualiza que el IMC sería suficiente como único valor si supera los 40 kilos por metro cuadrado.
División del concepto de obesidad
Una clave de la redefinición del concepto de obesidad que plantean el comité de expertos es que lo divide en clínico y preclínico, y para el primer caso, establece 18 criterios en adultos y 13 en el caso de adolescentes y niños para diagnosticar cuando la obesidad se tiene que considerar una enfermedad, que van desde la dificultad por respirar al fallo cardiaco, dolor en las rodillas, alteraciones en huesos, síntomas de disfunción de órganos como los riñones o el sistema linfático. Además, también se incluye en la relación una capacidad significativamente reducida para actividades cotidianas como bañarse, vestirse, comer o mantener la continencia. El término obesidad clínico hace referencia a pacientes con una enfermedad crónica activa que requieren tratamientos adecuados, mientras que las personas con obesidad preclínica todavía no presentan una enfermedad en curso, aunque tienen un riesgo generalmente elevado desarrollar obesidad clínica.
Se estima que hay 4.000 millones de personas en el mundo con obesidad, lo que representa un 51% de la población global. Según detalla el doctor Fernández-Real en España llegan al 15% de la población, y suben hasta el 17% en el caso de Catalunya. El doctor recuerda que esta enfermedad ha mantenido una tendencia al alza durante las últimas décadas y asegura que, actualmente, está "en la parte más alta", aunque espera que, a partir de ahora, se doble la curva. En este sentido, ha recalcado que "lo más importante no es la terapia, es la prevención, hacer concienciación a escala política, médico y de medios de comunicación". Especialmente, pone énfasis en la educación de los niños, aunque, es claro cuando se le pregunta por las causas: "Todo el mundo sabe que si los niños están con máquinas y móviles en lugar de estar en el patio, eso va en su detrimento".