Después de 15 meses cerrados, los locales de ocio nocturno, uno de los sectores más castigados durante la pandemia, han podido levantar la persiana esta madrugada. Lo han podido hacer con un 50% del aforo, cerrando a las 3:30 de la madrugada y con los clientes con mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad en las pistas y barras.
Eso ha hecho que sólo un 25% de los locales hayan optado por abrir y que el resto, o se reservan para la verbena de Sant Joan, o prefieren esperar 15 días a que se flexibilicen estas condiciones. Uno de los locales que sí ha abierto, a pesar de "no ser rentable", ha sido el Jamboree, en la plaza Reial de Barcelona. "Nos ha podido la ilusión y las ganas de sacar a la gente del ERTO", explica Ramón Sos, su responsable.
Público extranjero
Con la Rambla prácticamente deserta de pasada la medianoche, la poca actividad de la zona se concentraba en la plaza Reial, donde grupos de extranjeros tomaban alguna cosa en las terrazas abiertas y un centenar de personas se esperaban para entrar en la sala Jamboree. Con el cartel de aforo completo en la puerta, todas ellas habían comprado la entrada anticipadamente.
El Jamboree y el Moog, los dos locales del grupo Mas y Mas, son de los pocos en Barcelona que han optado por abrir en el primer día que el Govern lo ha permitido después de 15 meses. El responsable de la sala Jamboree, Ramón Sos, explicaba que aunque no les es rentable, han decidido abrir porque les hacía Ilusión y porque ya tocaba "sacar a la gente del ERTO". En total han podido entrar 175 personas, 150 de las cuales ya habían comprado entrada previamente y el resto personal y compromisos con proveedores o clientes habituales.
Sos añadía que con las condiciones actuales, la mayoría de locales se esperarán a que el proceso de vacunación avance y que el Govern flexibilice las condiciones de apertura dentro de 15 días. Aquí, ha dicho entender que el aforo se limite al 50% porque hay mucha gente joven que todavía no está vacunada, pero no que se les obligue a cerrar a las 3:30. "No creo que la gente se marche a casa cuando salga y eso generará problemas de convivencia porque harán ruido en la calle", ha añadido.
La dificultad de hacer cumplir la norma
Con respecto a la restricción de consumir en la pista de baile y la obligatoriedad de llevar mascarilla, Sus ha reconocido que es un quebradero de cabeza para los empresarios y que será muy complicado hacerlo cumplir. Para intentarlo, en el caso del Jamboree han distribuido tres controladores por la sala que irán recordando estos aspectos hasta que la gente se "acostumbre".
El trabajo de los controladores se ha demostrado necesaria desde un primer momento porque muchos clientes, por inercia, lo primero que han hecho es ir con la copa en la mano a la pista de baile. Rápidamente se les han recordado las restricciones y se les ha explicado que se ha habilitado una zona para consumir a tocar mismo de la pista con mesas y sillas en la zona donde habitualmente hay el escenario donde se dan los conciertos programados en la sala.
El sector prevé que por la verbena se animen a abrir algunos locales más, pero alertan de que con las actuales condiciones muchos se esperarán a una flexibilización de las condiciones de apertura. En concreto, según la Fecasarm, entre un 5% y un 10% ya han adelantado que no abrirán si no se amplía el aforo y el horario.