Casi sin darnos cuenta, en alimentos tan básicos como el pan, un yogur, una bebida refrescante o una salsa podemos llegar a tomar hasta 15 o 20 cucharadas añadidas de azúcar, lo que puede equivaler a un total de 270 calorías. Pero no son solo las calorías, sino la cantidad de efectos perjudiciales que puede ocasionar el azúcar para nuestra salud.

En primer lugar, el bajo nivel de energía que provoca, el descenso del estado  de ánimo, porque aumenta las tasas de depresión. Además, provoca inflamación crónica, trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable o el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO).

Alimentos como el pan, un yogur o una salsa pueden llegar a llevar 15 o 20 cucharadas de azúcar

El azúcar alimenta las bacterias que viven en la boca. Cuando las bacterias digieren el azúcar, crean ácido como producto de desecho. Este ácido puede erosionar el esmalte dental y provocar agujeros o cavidades en los dientes, la caries. Además, las personas que  consumen bebidas azucaradas siete veces por semana o más, tienen más probabilidades de desarrollar acné moderado o severo, entre otras cosas porque produce una alteración hormonal al incrementar la resistencia a la insulina en nuestro organismo.

El azúcar también puede afectar las hormonas en el cuerpo que controlan el peso, porque causa resistencia a la leptina, la hormona que regula la saciedad.  Es decir, una dieta alta en azúcar evita que el cerebro sepa cuándo una persona ha comido lo suficiente. Las personas que obtienen aproximadamente un cuarto de sus calorías diarias del azúcar agregada tienen hasta un 38% más de riesgo de morir por enfermedad cardiovascular que aquellas que consumen una cantidad inferior al 10%.

También existe una vinculación entre las bebidas azucaradas y la hipertensión arterial y el consumo excesivo de azúcar puede causar inflamación, estrés oxidativo y obesidad, factores que influyen en el riesgo de una persona de desarrollar cáncer. El exceso de azúcar en la dieta afecta también a la formación de colágeno en la piel, lo que conduce a un envejecimiento visible más rápido.

Por todos estos motivos, los expertos recomiendan seguir una serie de pautas como las siguientes para disminuir el consumo de azúcar en la dieta.

>Revisar las etiquetas de los alimentos para controlar los azúcares añadidos y evitar altos contenidos en fructosa, glucosa, sacarosa, maltosa, miel edulcorante de maíz, jarabe de, azúcar en bruto melaza, jarabe de malta, néctar de agave…

>Evitar los refrescos que representan alrededor de la mitad del consumo de azúcar adicional de una persona. Una lata tiene un promedio de 10 cucharaditas de azúcar. 

Algunas marcas de cereales contienen más del 60% de azúcar en su composición

>Otra fuente común de azúcar son los cereales del desayuno. Algunos contienen más del 60% de azúcar en su composición, especialmente en el caso de los cereales comercializados para niños. 

>Evitar los alimentos procesados. Los fabricantes a menudo agregan azúcares a los alimentos para hacerlos más atractivos.