Tras una segunda toma en consideración, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la máxima alerta sanitaria por el repunte de casos de la viruela del mono a escala mundial. Así, a partir de este sábado, la OMS considera que la enfermedad vírica es una "emergencia sanitaria global", especialmente en Europa. En un principio, los miembros del Comité de Emergencia de la organización no se pusieron de acuerdo en la reunión que mantuvieron este jueves sobre si declarar o no la emergencia sanitaria. Con todo, el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha decidido finalmente que el número de casos por todo el mundo de la viruela del mono ya constituye una "emergencia de salud pública de interés internacional". Así lo ha declarado en un comunicado oficial, después de considerar la rápida expansión de la enfermedad que, según sus datos, ya afecta a más de 16 mil personas en 75 países y territorios del planeta, y ya ha causado la muerte de 5 personas. Ante esto, el director general ha dictado una serie de recomendaciones para contener el virus.
La OMS declara la emergencia sanitaria internacional por la viruela del mono
La máxima autoridad mundial en sanidad, que depende de las Naciones Unidas, ha decidido declarar el nivel máximo de emergencia sanitaria por la expansión de la viruela del mono. "Tenemos un brote que se ha extendido a todo el mundo rápidamente, mediante nuevas formas de transmisión, sobre las cuales sabemos muy poco, y que cumple los criterios de la normativa sanitaria internacional," ha explicado Adhanom en un comunicado en la prensa. Con todo, el director general de la OMS considera que "el riesgo de la viruela es moderado en el ámbito mundial y en todas las regiones, excepto a la región europea", donde ven un "alto riesgo". Por otra parte, el doctor también ha tomado en consideración para su decisión el factor de transmisión: "Existe un riesgo evidente que se siga extendiendo el tráfico internacional, aunque el riesgo de injerencia en el tráfico internacional de momento sigue siendo bajo".
Prevención
La decisión llega la misma semana que un comité de emergencia con expertos en esta enfermedad se reuniera para analizar la posible declaración, que obligará las redes sanitarias nacionales a aumentar las medidas preventivas. Este comité había optado por no declarar la emergencia en una primera reunión celebrada en junio (cuando los casos no superaban 3.000), y en esta ocasión, según Tedros, tampoco hubo consenso total entre los expertos, pero el director general ha decidido declarar la emergencia en vista del alto y creciente número de casos en varias regiones de todo el planeta. A raíz de eso, Adhanom ha formulado "una serie de recomendaciones para cuatro grupos de países: En primer lugar, los que todavía no han informado de un caso de viruela del mono o no han informado de un caso durante más de 21 días; en segundo lugar, los que han importado recientemente casos de la enfermedad y que están experimentando una transmisión humano-humano". Para estos, la OMS recomienda trabajar para vigilar el virus y recoger datos para poder investigarlo y formular tratamientos. Por otra parte, el director general también ha dictado una serie de directrices por los territorios donde se experimenta transmisión de animales y, por último, indicaciones para "países con capacidad de fabricación de diagnósticos, vacunas y terapéuticas".
"El estigma y la discriminación pueden ser tan peligrosos como cualquier virus"
En su declaración a los medios, Adhanom ha destinado algunas palabras a la estigmatización del virus porque, según los primeros informes, se presenta en hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres: "Eso significa que se trata de un brote que puede detenerse con las estrategias adecuadas en los grupos adecuados. Por lo tanto, es esencial que todos los países trabajen estrechamente con comunidades de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, para diseñar y proporcionar información y servicios efectivos, y para adoptar medidas que protejan la salud, los derechos humanos y la dignidad de las comunidades afectadas. El estigma y la discriminación pueden ser tan peligrosos como cualquier virus," ha advertido.