La presencia de microplásticos en el agua potable no representa un problema de salud pública grave en la actualidad. Así al menos lo ha anunciado la Organización Mundial de la Salud en un primer informe sobre el asunto que acaba de hacer público esta institución.

Tras realizar un análisis preliminar sobre estas partículas que tanta alarma han despertado en los últimos meses, concluyen que las partículas de microplásticos más grandes y la mayoría de las más pequeñas no son absorbidas por el organismo, que las elimina directamente tras su ingesta.

Pero no quieren restar importancia a este asunto, porque aun a pesar de esta conclusión, los expertos de la OMS han subrayado que la información de la que se dispone es todavía limitada y que hace falta una mayor investigación para profundizar sobre esta cuestión.

Los microplásticos son partículas de plásticos que miden menos de 5 mm de longitud. La Organización destaca que estos elementos se han detectado en el agua marina, en las aguas residuales y en el agua dulce, así como en los alimentos y en el aire.

En lo que respecta al agua potable, tanto la del grifo como la embotellada, se han encontrado partículas, pero desde la OMS no se pronuncian de forma definitiva porque, según destacan, los datos son limitados y los estudios fiables muy escasos. La razón es que hasta hace muy poco tiempo no se ha prestado atención de forma exhaustiva a esta cuestión y las investigaciones llevadas a cabo no han sido muy rigurosas. De hecho, solo se han encontrado nueve estudios que midieran microplásticos en el agua potable.

El informe destaca que es poco probable que los microplásticos de más de 150 micrómetros (0,15 mm) sean absorbidos en el cuerpo humano. Y en lo que respecta a las partículas más pequeñas, ocurre igual. Pero si que se afirman que las de menor tamaño, las nano, sí pueden tener un mayor riesgo de absorción por el organismo.

Además de continuar con la investigación, la OMS recomienda también que, en el caso de el agua potable, se proceda a la eliminación de patógenos microbianos y productos químicos que suponen un riesgo para la salud humana. De esta forma, empleando sistemas de tratamiento de aguas residuales y de agua potable se podría eliminar más del 90% de los microplásticos de las aguas residuales.

Es por esta cuestión que las recomendaciones de la OMS a raíz de este informe no incluyen unas pautas para que se hagan controles rutinarios acerca de la presencia de estas partículas en el agua. Concentrándose en los riesgos conocidos se podría llegar a un gran avance, porque, según afirman, alrededor de dos mil millones de personas beben agua contaminada fecalmente y eso causa un millón de muertes al año.

Desde la comunidad científica abogan por que este tipo de informes sean más habituales, ya que los microplásticos no solo están presentes en el agua, sino también en el aire que respiramos y la comida que ingerimos. Por eso, desde la OMS se indica la conveniencia de realizar un informe exhaustivo para analizar de forma mas profunda las consecuencias que puede tener para nuestra salud esta presencia a largo plazo.