Hay mucha prisa para encontrar una vacuna para el coronavirus que funcione. Entre las mismas farmacéuticas ya hace tiempo que se ha iniciado una guerra para ser los primeros en eficacia y seguridad y una lucha encarnizada para ser la primera dosis administrada. La Organización Mundial de la Salud celebra este lunes debates sobre la viabilidad de los ensayos en jóvenes voluntarios sanos que se infecten deliberadamente con coronavirus para acelerar el desarrollo de la vacuna. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo.

Algunos científicos tienen dudas sobre si exponer o no al virus a voluntarios sanos sin una cura y solo para acelerar el proceso para encontrar una vacuna con garantías. Otros argumentan que los riesgos para los jóvenes sanos son mínimos y los beneficios para la sociedad, altos. La reunión del grupo asesor de la OMS, que se centrará en revisar los planes existentes para los ensayos y analizar las preocupaciones técnicas asociadas, no incluirá a grupos que representen a los participantes de la investigación.

Según un comunicado que la OMS habría enviado al diario británico The Guardian, la organización asegura que la reunión es una consulta técnica enfocada a expertos científicos y que estas reuniones normalmente no están abiertas al público. Sin embargo, no descartan que pueda haber participación ciudadana en un futuro. Así pues, de momento, se espera que más de una docena de expertos se reúnan como parte del grupo asesor este lunes.

Este tipo de ensayos, donde se infecta a gente sana deliberadamente, tienen el potencial de producir resultados más rápido que otros ensayos de campo, donde los investigadores tienen que esperar que los voluntarios se infecten de coronavirus en algún momento de su día a día. Estos estudios, además, permiten comparar múltiples candidatos, pueden ayudar a desarrollar tratamientos y a recopilar datos sobre las secuelas de la infección, hecho que de otra manera sería más difícil.

La efectividad de las vacunas

Varias farmacéuticas se han apresurado estas últimas semanas a ofrecer porcentajes de efectividad. Pfizer y BioNTech, después de unos días de haber presentado los primeros resultados, corrigieron sus datos y demostraban una efectividad del 95%. Por otra parte, Moderna aseguraba una del 94,5%. Y finalmente, la de la Universidad de Oxford y AstraZeneca del 90%, aunque al principio ofreció unos datos del 70%. La explicación de esta referencia en los datos radica en el hecho de que para el ensayo se utilizaron por error diferentes dosis de la vacuna. Algunos voluntarios recibieron inyecciones con la mitad de la dosis prevista, por error. A pesar de todo, esta dosis incorrecta ha resultado ser la ganadora.

Como se aprueba una vacuna

Muchas personas dudan ahora si quieren o no quieren la vacuna. Y cada vez hay más debate en torno al hecho de inocularse alguna cosa en el cuerpo. ¿Es segura la vacuna? ¿Cómo se sabe si una vacuna es segura? De hecho, esta es la primera pregunta y lo más importante que se hacen los científicos cuando empiezan a diseñar y probar una vacuna. Las pruebas de seguridad empiezan con pruebas de investigación en células y animales, antes de pasar a los ensayos en humanos. De esta manera, al principio hay que empezar poco a poco y solo cambiar de fase si no hay problemas de seguridad detectados.

Precisamente, para garantizar esta seguridad, antes de aprobar las vacunas se estudian. En este sentido, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha asegurado que se posicionará sobre la vacuna de Pfizer-BioNTech como máximo el 29 de diciembre y sobre la de Moderna el 12 de enero. Casi las dos han presentado la petición de autorización condicional al mismo tiempo, pero los tempos serán un poco diferentes para ambas vacunas.