Los Países Bajos han puesto fin a su estricto confinamiento por el coronavirus después de cuatro semanas de cierre, aunque se mantendrán algunas restricciones, según ha anunciado este viernes el gobierno. El primer ministro holandés, Mark Rutte, ha anunciado que las tiendas, peluquerías, clubs deportivos y universidades podrán volver a abrir a partir de este sábado, mientras que restaurantes, museos, teatros y cines permanecerán todavía cerrados. La flexibilización de las normas se produce en medio de la presión de las empresas y la indignación de los sectores de la restauración y la cultura. Pero Rutte ha insistido en que no se puede levantar completamente el confinamiento a causa del aumento espectacular de las cifras de contagio con la ómicron. "Todo al mismo tiempo no es posible, el riesgo es demasiado grande", ha señalado, pero ha augurado que podría haber una nueva flexibilización de las normas a finales de mes.
El ministro de Salud, Ernst Kuipers, ha manifestado que el país ha llegado a una "nueva fase de la pandemia". Ha reconocido que muchos ciudadanos y empresarios están angustiados por el confinamiento en todo el país, que era un caso excepcional en Europa. "Tenemos que aprender a convivir con el virus", ha añadido Kuipers, pero ha advertido que el riesgo de colapsar el sistema sanitario sigue siendo alto.
Crece el malestar
La oposición a las drásticas medidas ha crecido con fuerza durante los últimos días. Los propietarios de restaurantes han anunciado protestas para el sábado y algunos tienen previsto abrir de nuevo el servicio aunque seguirá estando prohibido. Muchos de estos comercios tienen el apoyo de los alcaldes. Y en la localidad meridional de Valkenburg, cerca de la ciudad fronteriza alemana de Aquisgrán, muchas tiendas y restaurantes ya estaban abiertos este viernes.
Algunas muestras de malestar han acabado en incidentes y una dura intervención policial, como muestra este vídeo que se hizo viral.
Después de la decisión del Gobierno, las tiendas volverán a recibir clientes hasta las 5 de la tarde cada día. Además, los requisitos de cuarentena ya no se aplicarán a los que hayan recibido una vacuna de refuerzo o se hayan contagiado con el coronavirus este año.
Hasta ahora sólo estaba autorizada la apertura de supermercados y farmacias. El confinamiento, que empezó el 19 de diciembre, pretendía aliviar la presión en los hospitales. Y a pesar de los picos diarios de nuevas infecciones, el número de pacientes en los hospitales es cierto que está disminuyendo.
El viernes se registraron más de 35.000 nuevos contagios, más que nunca. Es decir, más de 1.300 casos por cada 100.000 habitantes en siete días.