Las operaciones de corazón son algunas de las más delicadas. Aunque a lo largo de los años se han ido mejorando las técnicas con el fin de asegurar la vida del paciente, tanto la intervención como la recuperación pueden ser difíciles. Un nuevo estudio publicado en la revista científica Nature muestra una nueva técnica para este tipo de operaciones que puede reducir riesgos. Concretamente, se trata del uso de parches de células madre para tratar lesiona en el corazón como, por ejemplo, insuficiencias cardiacas. Una de las grandes ventajas que presenta esta técnica es que no tiene efectos adversos.
La efectividad de estos parches, denominados EHM, ha sido demostrada en primates y en un paciente humano durante varios ensayos clínicos, los cuales continúa en marcha por "seguir probando la seguridad y la eficacia de este planteamiento", según se recoge en la publicación. La investigación ha sido liderada por el científico alemán Wolfram-Hubertus Zimmermann.
Un gran potencial y una técnica compleja
El estudio recoge que "los últimos hallazgos remarcan el potencial de los parches de tejidos derivados de células madre para tratar la insuficiencia cardiaca", una enfermedad que destacan los investigadores que sigue siendo de las principales causas de muerte.
Detrás de los parches hay un gran trabajo y proceso largo. Un parche se elabora con ingeniería tisular, la dedicada a reparar o generar tejidos biológicos, y es un músculo cardiaco cultivado en un laboratorio a partir de células cardiacas derivadas de células madre pluripotentes inducidas e incrustadas en un hidrogel de colágeno. Gracias a la primera fase de la investigación en qué se estudió la técnica en monos, se demostró que se trata de una tecnología "segura y eficaz con retención a largo plazo de cardiomiocitos (células de la musculatura cardiaca)".
Los investigadores demostraron que los parches cardiacos implantados, compuestos por hasta 200 millones de células, mejoraban la función cardiaca mediante la formación de un nuevo músculo cardiaco. Estas nuevas células del músculo cardiaco se conservan bajo inmunosupresión concomitante (debilitamiento del sistema inmunitario) y refuerzan la función de bombeo del corazón. Ahora, después de estas primeras pruebas, se ha aprobado el primer ensayo clínico en una persona, el cual ha sido un éxito.
En el estudio han participado científicos del Centro Médico de la Universidad de Göttingen (centro de Alemania) y del Centro Médico Universitario Schleswig-Hostein, en Lübeck (norte de Alemania).