La farmacéutica de los Estados Unidos Pfizer ya trabaja en una pastilla que prevenga el coronavirus. De momento, se está llevando todo en secreto, pero los primeros ensayos en adultos ya son una realidad: hasta 60 voluntarios reciben la primera píldora diseñada para frenar el contagio. Las investigaciones también se coordinan con la sede que Pfizer tiene en Bélgica.
Más allá de la sorpresa inicial, también destaca su rapidez. De hecho, en menos de un año se ha conseguido el milagro de la vacuna y la pastilla podría llegar a finales de este mismo 2021. La molécula en cuestión recibe un código específico, el PF 07321332, y atacaría en el momento en que el virus entra en el cuerpo, va hacia la base del SARS-Cov-2 y evita que este se quede en la nariz, la garganta o los pulmones, donde más consecuencias para la salud de los humanos puede tener.
El optimismo de Pfizer es notorio, pero, según detalla el diario The Telegraph, no quieren adelantarse por el impacto mediático que eso comportaría. Finalmente, de lo que se trata es de poder reducir la Covid-19 a una gripe estacional más. Ahora, el siguiente reto es analizar, más allá de su eficacia, los efectos secundarios que pueda tener esta pastilla. Los expertos también avisan de las mutaciones, cada vez más agresivas de este SARS, y por eso también habrá que ver cómo evoluciona y cómo la fórmula se tendrá que adaptar.
La iniciativa empezó el verano pasado y el mes de octubre ya se habían producido hasta 100 gramos de sustancia efectiva. Para llegar a estos primeros resultados, se ha contado con 210 científicos de la farmacéutica y Pfizer abandera, ahora mismo, la investigación que se puede acabar convirtiendo en una realidad de forma inmediata. En paralelo, tampoco se descarta poder disminuir sus efectos experimentando otros tratamientos con efectos complementarios que ayuden a frenar la enfermedad.