Los gusanos intestinales, también conocidos como parásitos intestinales, son un problema de salud común, especialmente en niños. Es por eso que se ha celebrado la publicación de un nuevo estudio clínico liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación la Caixa, que ha demostrado que un nuevo comprimido, que combina el albendazol y la ivermectina, es seguro y "más eficaz" que un comprimido de solo albendazol para controlar y eliminar los gusanos intestinales (helmintos) que se transmiten por el suelo. Este estudio, denominado ALIVE, indica que el nuevo fármaco ha demostrado su eficacia en el tratamiento de Trichuris trichiura y otros gusanos intestinales transmitidos por el suelo (STH).

Publicado en 'The Lancet'

El estudio, realizado por el consorcio STOP, ha sido publicado este sábado por la revista científica The Lancet Infectious Diseases y abre oportunidades para mejorar el control de estas infecciones tropicales "desatendidas", que afectan a unos 1.500 millones de personas en todo el mundo, informa el ISGlobal en un comunicado. Las helmintiasis (enfermedades parasitarias) transmitidas por el suelo (STH) son causadas por cuatro especies de gusanos parásitos -Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura y los anquilostomes Ancylostoma duodenale y Necator americanus- que se transmiten a través del contacto con el suelo o el agua contaminados. Estas enfermedades tienen un impacto significativo en la nutrición y la salud, especialmente en la población infantil y mujeres en edad reproductiva que viven en zonas endémicas de América Latina, Asia y África subsahariana.

La estrategia actual para el control de los gusanos intestinales se basa en tratamientos regulares con albendazol para las poblaciones de riesgo, junto con mejoras en el agua, el saneamiento y la higiene. El albendazol es muy eficaz contra los parásitos intestinales que causan STH (Ascaris), pero su eficacia contra Trichuris trichiura ha ido disminuyendo, probablemente a causa de la aparición de resistencias en el fármaco. Sin embargo, el albendazol no es eficaz contra Strongyloides stercoralis, otro helminto que se ha añadido a la lista de parásitos intestinales que requieren medidas de control.

Una pastilla, dos fármacos

Por eso, el consorcio STOP, financiado por el European and Developing Countries Clinical Trials Partnership (EDCTP), probó una pastilla innovadora que combina una dosis fija de albendazol e ivermectina. La ivermectina ha demostrado ser más eficaz contra Trichuris trichiura cuando se combina con albendazol, y es el fármaco de elección para tratar Strongyloides stercoralis y otras infecciones parasitarias.

El líder del ensayo clínico, José Muñoz, explica que "esta coformulación en dosis fija (FDC) presenta varias ventajas" porque "es fácil de administrar, ya que se trata de un único comprimido y no requiere ajustes de dosis en función del peso del niño." José Muñoz, que es un investigador en ISGlobal y también es jefe del Servei de Salut Internacional del Hospital Clínic Barcelona, espera que "la combinación de dos fármacos con mecanismos de acción diferentes reduzca el riesgo de que los parásitos se vuelvan resistentes a los medicamentos".

Probado en más de 4.000 niños

El ensayo clínico se ha llevado a cabo con niños de países africanos. En concreto, el ALIVE ha sido probado en Etiopía, Kenia y Mozambique, contó con la participación de 4.353 niños y niñas, demostró tanto la eficacia del nuevo medicamento como su seguridad para la salud, evaluadas en función de la tasa de curación y la reducción del número de huevos en excrementos. Los niños y niñas tienen edad escolar (de 5 a 18 años) estaban infectados Trichuris trichiura, anquilostomes, Strongyloides stercoralis o una combinación. En total, se examinaron 4.353 niños en busca de infecciones por helmintos y 1.001 fueron asignados aleatoriamente al tratamiento. De los infectados, el 63% dio positivo para Trichuris trichiura, el 36% para anquilostomes y el 10% para Strongyloides stercoralis.

Controlar todo el STH

En opinión del coordinador del ensayo clínico, Alejandro Krolewiecki, "se trata de un ensayo fundamental, que abre la posibilidad de controlar todas las especies de STH, incluido el Strongyloides; y puede hacer que se reconsideren los objetivos de eliminación que se consideraban inalcanzables solo con albendazol". El siguiente paso es llevar a cabo ensayos de más envergadura, como el liderado por el proyecto STOP2030, para evaluar la seguridad de la FDC en el contexto de campañas de desparasitaje masivo.