Algunas personas suelen tener una sensación de hambre que no les abandona en todo el día. Ahora, una nueva investigación muestra que la causa puede deberse a que experimentan grandes caídas en los niveles de azúcar en sangre, varias horas después de comer, que les lleva a tener más hambre y consumir cientos de calorías más durante el día.

El estudio ha sido publicado en la revista Nature Metabolism y ha sido elaborado por PREDICT, el programa de investigación nutricional en curso más grande del mundo llevado por expertos de algunos de los centros más importantes del mundo. Analizan el proceso que siguen algunas personas que luchan por perder peso, incluso con dietas controladas en calorías, y destacan la importancia de comprender el funcionamiento del metabolismo en lo que respecta a la dieta y la salud.

El estudio

El equipo de investigación recopiló datos detallados sobre las respuestas del azúcar en sangre y otros marcadores de salud de 1.070 personas después de tomar desayunos estandarizados y comidas elegidas libremente durante un período de dos semanas, sumando más de 8.000 desayunos y 70.000 comidas en total. Los desayunos estándar se basaban en magdalenas que contenían la misma cantidad de calorías pero variaban en composición en términos de carbohidratos, proteínas, grasas y fibra. Los participantes también realizaron una prueba de respuesta del azúcar en sangre en ayunas (prueba de tolerancia oral a la glucosa), para medir cómo su cuerpo procesa el azúcar.

Los participantes usaron monitores de glucosa continuos (MCG) adhesivos para medir sus niveles de azúcar en la sangre durante toda la duración del estudio, así como un dispositivo portátil para registrar la actividad y el sueño. También registraron los niveles de hambre y estado de alerta utilizando una aplicación de teléfono con la que apuntaban cuándo y qué comieron durante el día.

Hombre comiendoEl estudio ha encontrado la razón por la que algunas personas pasan hambre más a menudo que otras

Después de analizar los datos, el equipo de PREDICT demostró que algunas personas experimentaron caídas de los niveles de azúcar significativas de 2 a 4 horas después de un pico inicial que se produce de forma normal en todas las personas después de comer.

Estas personas tuvieron un aumento del 9% en el hambre y esperaron alrededor de media hora menos, de media, antes de la siguiente comida que los que no sufrieron esas caídas de azúcar, a pesar de que comieron exactamente las mismas comidas. Además, consumieron 75 calorías más en las 3-4 horas posteriores al desayuno y alrededor de 312 calorías más durante todo el día. Un patrón que produce un aumento de peso a lo largo del año.

Según los expertos, “durante mucho tiempo se sospechó que los niveles de azúcar en la sangre desempeñaban un papel importante en el control del hambre, pero los resultados de estudios anteriores no habían sido concluyentes. Ahora hemos demostrado que las caídas de azúcar son un mejor predictor de hambre y posterior ingesta de calorías que la respuesta inicial del pico de azúcar en sangre después de comer, lo que cambia la forma en que pensamos sobre la relación entre los niveles de azúcar en sangre y los alimentos que comemos”.

La comparación de lo que sucede cuando los participantes comen las mismas comidas de prueba reveló grandes variaciones en las respuestas de azúcar en sangre entre las personas. Los investigadores tampoco encontraron correlación entre la edad, el peso corporal o el IMC.