Una arritmia es una alteración que se produce en el ritmo cardíaco, bien sea porque el corazón late demasiado rápido, demasiado lento o de una forma irregular. Los cardiólogos llevan investigando este trastorno desde hace muchos  años, debido a los problemas que puede generar en el corazón de las personas. Puede ser signo de otra enfermedad o provocar un accidente cardíaco, por lo que las arritmias deben ser controladas de forma regular.

Los científicos han descubierto que los bajos niveles de oxígeno en el corazón producen arritmias potencialmente mortales, incluso la muerte súbita. Pero hasta ahora, no se sabía por qué ni cómo se producía esta circunstancia. Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo en la Universidad de California, ha descubierto el mecanismo subyacente que da origen a este desorden cardíaco

Por qué se producen las arritmias

 

Según los expertos, en cuestión de segundos, se produce un nivel bajo de oxígeno y la acumulación de una proteína en el interior de los canales de sodio que son responsables de iniciar cada latido. De esta forma, estos canales se abren como deberían para iniciar los latidos del corazón, pero en lugar de cerrarse después, se vuelven a abrir. El resultado es que se generan unas corrientes de sodio anormales que predisponen a las personas a tener ritmos cardíacos alterados. En otras palabras más técnicas: “la hipoxia produce una corriente de sodio tardía pro-arrítmica en los miocitos cardíacos”, tal y como se recoge concretamente en el estudio publicado en Cell Reports.

Los latidos del corazón se producen cuando los canales de sodio se abren y los iones se desplazan hacia las células del corazón; esto inicia la acción que permite que el músculo cardíaco se contraiga. Cuando funciona normalmente, los canales de sodio se cierran rápidamente después de abrirse y permanecen cerrados. A partir de entonces, los canales de potasio se abren, los iones abandonan las células del corazón y la acción termina, por lo que el músculo puede relajarse en preparación para el próximo latido. Si los canales de sodio se vuelven a abrir y producen corrientes de sodio tardías, cuando no les corresponde –tal y como se observó en este estudio con bajos niveles de oxígeno– la acción se prolonga y comienza una nueva actividad eléctrica antes de que el corazón se haya recuperado, provocando ritmos irregular y potencialmente peligrosos.

La cuestión de las corrientes de sodio ya se había analizado con anterioridad, reconociéndose el peligro de estas cuando se producían de forma tardía en pacientes con mutaciones hereditarias raras, que causan el llamado síndrome de QT largo (SQTL) que produce latidos rápidos y caóticos y que es consecuencia de un polimorfismo común en el canal de sodio que se ha encontrado en bebés que han sufrido muerte súbita.

El estudio actual, abre nuevas vías para el tratamiento de esta patología que se centre en prevenir la corriente tardía y la arritmia asociada con diferentes enfermedades y episodios como los ataques al corazón o la insuficiencia cardíaca crónica, todas ellas graves y potencialmente mortales para las personas.