Ya llevamos varios años conviviendo con la avispa asiática (vespa velutina) que llegó en 2004 a Europa vía Francia y en 2010 a la Península Ibérica. Primero fueron País Vasco, Asturias y luego Galicia, donde las alarmas saltaron cuando se comprobó que existían unos 26.000 nidos en toda la comunidad. nSu progresión desde entonces ha sido asombrosa. Se han encontrado nidos en Catalunya, norte de Cáceres, sur de Salamanca y Ávila, Málaga y Cádiz, así como zonas de Jaén, Albacete, norte de Mallorca…
Los problemas son múltiples. El más grave, que el 70 por ciento de las personas que sufren una anafilaxia por la picadura de avispa se debe a esta especie, por lo menos en Galicia, que es donde se produce la situación más preocupante. En segundo lugar, porque la presencia de las velutinas es perjudicial para las abejas autóctonas, porque les provoca estrés oxidativo que puede afectarles a la hora de dar respuesta a situaciones estresantes como el calor excesivo.
En cuanto a la primera cuestión, según diversos estudios presentados en los últimos meses, algunos de los cuales se han desarrollado en Galicia y aunque no se puede concluir con total certeza, todo parece indicar que existe la posibilidad de que la vacuna con el veneno de la avispa común pueda proteger a los pacientes alérgicos de la picadura de avispa asiática.
De todas formas, la mejor medicina es la precaución. Pero para eso, hay que saber distinguirlas. La avispa asiática tiene el cuerpo en su mayor parte negro y marrón oscuro, con escasos dibujos amarillos y anaranjados. Es fácil de reconocer pues es el único avispón en Europa que presenta un aspecto tan oscuro. La que ha llegado hasta nosotros, la velutina nigrithorax, posee un tórax enteramente castaño negro aterciopelado y segmentos abdominales de color castaño ribeteado con una fina franja amarilla. La cabeza es negra y la cara amarillo-anaranjada con las patas castañas al final. Los nidos son grandes, normalmente de más de 40 cm. de diámetro, y tienen forma esférica u ovalada. Se localizan en las copas o partes altas de los árboles además de en arbustos, aunque de forma menos frecuente.
Cuando pica causa un intenso dolor, a continuación se produce una hinchazón importante y puede sentirse escozor y quemazón. Puede estar presente durante varios días y, en algunos casos, se recomienda la ingesta de analgésicos. El problema más importante llega cuando se produce una reacción alérgica, al igual que puede ocurrir con las picaduras de otros insectos. El sistema inmunitario de la persona afectada tiene una respuesta exagerada que hace elevar los anticuerpos IgE, lo que puede derivar en una anafilaxia y llegar a producir la muerte.
Normalmente se presenta una urticaria generalizada, después malestar general, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, dificultad para respirar y para tragar, además de confusión y pérdida de conocimiento. La reacción suele aparecer a los pocos minutos de producirse la picadura, por lo que ante la menor duda, es aconsejable acudir a un centro sanitario cuanto antes.