El Banco Mundial ha anunciado un plan de unos 12.000 millones de dólares –unos 10.250 millones de euros– que permitirá a los países con menos recursos comprar vacunas para el coronavirus para poder tratar hasta 2 mil millones de personas tan pronto como estén disponibles.
La institución quiere garantizar que los países de ingresos más bajos no se queden fuera y precisamente por este motivo está pidiendo a los miembros clave que den apoyo a este plan durante los próximos 12 o 18 meses.
En este sentido, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, ha dicho que la iniciativa es necesaria porque el coronavirus estaba teniendo un impacto superior en países de ingresos bajos o medios. "Tener esta financiación disponible será un cambio de juego porque una vez haya una vacuna segura y eficaz, permitirá a las personas recuperar sus vidas con confianza", detallaba y recoge el diario británico The Guardian.
El Banco Mundial cree que la economía mundial no se acabará de recuperar del todo hasta que las personas no oigan que pueden vivir, socializar, trabajar y viajar con confianza. Y para que eso pase se necesitará una vacuna segura y eficaz.
¿No habrá vida normal hasta el 2022?
No se espera que haya suficientes vacunas para el coronavirus para volver a la normalidad hasta el año 2022, según ha explicado este mes de septiembre el científico jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan. En este sentido, ha verbalizado que la iniciativa Covax de la OMS, el mecanismo de agrupación de recursos para brindar un acceso equitativo a las vacunas en países con diferentes vías de ingresos, sólo podría reunir en torno a centenares de millones de dosis en medio año, hecho que significa que cada uno de los 172 países que participan de la iniciativa, "tendrán alguna cosa".
Sin embargo, la cantidad de dosis será demasiado pequeña para cambiar algunas medidas de protección que estamos viviendo estos meses: manos-distancia-mascarilla, hasta que, como mínimo, la producción aumente y llegue a la cifra de 2.000 millones para finales del 2021. "La gente se imagina que en enero habrá vacunas para todo el mundo y las cosas volverán a la normalidad. Y no es así como funcionan las cosas" ha detallado.
¿Y mientras tanto, tests rápidos?
Con un coste de unos 5 dólares –unos 4,27 euros–, el test rápido pretende diagnosticar el coronavirus en minutos y ampliará drásticamente la capacidad para detectar casos en países con unos ingresos más bajos o medios, donde normalmente faltan sanitarios y laboratorios, según la OMS. El tiempo de espera entre la realización de una prueba y la recepción del resultado ha obstaculizado, en muchos países, la posibilidad de propagación del coronavirus. Un claro ejemplo que pone la propia organización son la India y México, que, aunque registran unas altas tasas de infección, los expertos han dicho que el hecho de que se hagan tan pocas pruebas podría esconder la auténtica propagación de los brotes.
"Aunque son menos precisos, son mucho más rápidos, más baratos y no requieren laboratorio", ha explicado el director ejecutivo de Global Fund, Peter Sands, y recoge la CNN. "Será un paso importante para permitir que los países puedan contener y combatir el coronavirus".