Al principio de la pandemia por COVID-19 quedó claro que el principal grupo de riesgo era el de las personas de mayor edad. Sin embargo, en los nuevos rebrotes que se están produciendo, los expertos están sorprendidos por el aumento de número de casos de infectados entre los adultos jóvenes. Aunque es cierto que tienen menos probabilidades de desarrollar infecciones graves, algunos de ellos si que sufre complicaciones importantes e incluso mortales. Además, existe el peligro de pueden transmitir la enfermedad a sus parientes mayores.
En otros países está ocurriendo lo mismo. Los sanitarios de muchos estados de Estados Unidos han llamado también la atención sobre la gran proporción de casos que se informan entre los adultos jóvenes. Por ejemplo, el gobernador de Florida, aseguró hace unos días que los casos de COVID-19 en Florida están cambiando en una dirección radical hacia los adultos de entre 20 y 30 años. En Texas, la mayoría de las personas que dan positivo por COVID-19 en algunos condados tienen menos de 30 años.
Los expertos recuerdan que es muy importante concienciar a la gente más joven de que hay que seguir las pautas que han explicado las autoridades, en cuanto a lo que a distancia de seguridad y uso de mascarillas y gel desinfectante se refiere.
Pero… ¿por qué se está produciendo este aumento de los casos? Puede ser por varios factores, según aseguran los científicos. Lo cierto es que en estos momentos, se ha aumentado considerablemente la cantidad de pruebas que se están haciendo a los jóvenes. En los primeros días de la pandemia, la incapacidad de llevar a cabo los test restringía la capacidad de detectar el virus y la enfermedad en personas con infecciones levemente sintomáticas y asintomáticas. Se tuvo que centrar los esfuerzos iniciales en hacer pruebas a personas que tenían síntomas graves, lo que generalmente se producía en personas de mayor edad. Ahora se está ampliando el espectro a otras edades.
Además, los expertos están detectando que existe una mayor relajación en lo que a toma de medidas se refiere por parte de la gente joven. Si bien los mayores, que han sido los más afectados hasta ahora, tienen muy claro la necesidad de ser responsables y no suelen ponerse en riesgo para no contraer el virus, en los jóvenes no existe una conciencia tan clara. Tienden a cumplir menos con medidas como el distanciamiento social, la cuarentena o el uso de mascarillas en espacios públicos. Asimismo, existe una actitud más ansiosa por parte de los jóvenes para que todo vuelva a ser como antes, particularmente ahora que ha comenzado la “nueva normalidad”.
Sin embargo, para ayudar a reducir la propagación del COVID-19 es importante trasladar la necesidad de tener claro que la responsabilidad individual es un puntal de la lucha contra la pandemia, por lo que los jóvenes tienen que tener claro que su papel es fundamental por lo que les puede afectar a ellos y a los más vulnerables.