Quien ya se haya vacunado tal vez lo sabrá: la administración de la vacuna contra la covid-19 puede provocar dolor en el brazo. Mejor que duela un poco el brazo que enfermar de coronavirus, pero es verdad que después de ser inmunizados podemos notar molestias a la hora de levantar el brazo o en el momento de apoyarse encima a la hora de dormir. ¿Por qué pasa eso?
Si bien no hay una respuesta clara al 100%, uno de los motivos que parecen más evidentes es por la zona donde se administra la dosis. La inyección se suele poner en la zona lateral del deltoides, cuya función básica es la movilidad del hombro. Entonces, al pinchar esta parte es normal que la realización de movimientos se vea dificultada durante un corto periodo de tiempo.
La velocidad y la zona
Además, en eso le sumamos la velocidad de la inyección. La administración de la vacuna intramuscular tiene que ser lenta, sobre todo si hablamos de mucha cantidad de líquido. Si se hace demasiado rápido, se produce una presión brusca en el músculo que separa las fibras y provoca más dolor.
Vemos que ninguno de los dos motivos tiene que ver en concreto con la vacuna contra la covid-19, sino con cualquier vacuna en general. Y es que los componentes del fármaco para inmunizarnos de coronavirus no tienen nada que ver con el dolor, así como tampoco la cantidad de líquido que se inyecta. Realmente, la cantidad que se administra es muy pequeña, 0,3 mililitros.
Nada que ver con los componentes
La aguja normalmente tampoco es la que causa el dolor, ya que está pensada para que introduzca correctamente la dosis dentro de nuestro cuerpo. Lo más importante es la manera en que se introduce la vacuna. Como decíamos, si se inyecta demasiado rápido o en una zona delicada, el líquido se distribuye con fuerza y abre las fibras del músculo. Esta separación genera una tensión en la zona que se convierte en la responsable del dolor.
Más allá del dolor, hay personas que también pueden sufrir reacciones en la piel. En este caso, son sobre todo las mujeres las que notan más molestias en la zona donde se ha administrado la dosis, según un estudio del servicio de dermatología del Hospital General de Granollers, en el Vallès Oriental.
El tipo de reacción más observada es el llamado "brazo-covid", que consiste en rojez, dolor y calor en la zona de inyección. Este fenómeno se produce sobre todo después de la vacuna de Moderna. En esta línea, también se han llegado a describir patrones de erupciones que pueden ser similares a la urticaria, granitos parecidos a picaduras, manchas rojas o lesiones purpúreas.
La mencionada urticaria ha sido la que más se ha descrito después de la administración de la inyección de AstraZeneca. En cambio, después de la vacuna de Pfizer-BioNTech se han producido algunas reactivaciones de herpes. En cualquier caso, no hay que preocuparse: la mayoría de estas erupciones han sido leves. Como mucho han requerido tratamiento con antihistamínicos o corticoides, remitiendo en un plazo medio de unos doce días.
Reacciones en la piel
A pesar de este tipo de reacciones, vacunarse es importante. Así lo dicen muchos expertos en el tema, que las vacunas serán las que nos ayudarán a acabar con la pandemia. Incluso hay quien dice que la vacunación tendría que ser obligatoria: por ejemplo, el virólogo del CSIC, Luis Enjuanes, explicó el miércoles en RAC1 que para garantizar una buena convivencia con el virus se tendría que inmunizar a todas las personas a toda costa.
Mientras se sigue vacunando, los ejecutivos de todo el estado español están tomando medidas para combatir la quinta ola. En Catalunya, el Gobierno ha decretado el toque de queda nocturno para evitar la aglomeración de personas, así como toda una serie de restricciones que afectan a la cantidad de gente con la cual nos podemos reunir.