Durante décadas, las personas diagnosticadas de hipercolesterolemia familiar recibían el consejo por parte de los médicos de minimizar su consumo de grasas saturadas para reducir los niveles de este parámetro y los riesgos de sufrir una enfermedad cardíaca. Pero un nuevo estudio publicado en la revista BMJ Evidence-Based Medicine ha puesto en evidencia esta afirmación.
La hipercolesterolemia familiar es un trastorno genético que provoca que las personas tengan niveles de colesterol entre 2 y 4 veces más altos de media. A las personas que lo sufrían se les sugería que evitasen comer alimentos de origen animal, como carne, huevos y queso, y otro tipo de grasas. Ahora, un equipo internacional de expertos en enfermedades cardíacas y dieta, incluidos cinco cardiólogos, han revisado las pautas dietéticas para personas con este trastorno. Los científicos dicen que no han encontrado ninguna justificación para recomendar una dieta baja en grasas.
“Este estudio demuestra que una dieta más saludable para el corazón es aquella que es más baja en azúcar, no en grasas saturadas”, aseguran los expertos que han participado en la investigación. Los científicos dicen que seguir una dieta baja en carbohidratos es más eficaz para las personas con mayor riesgo de enfermedad cardíaca, como las personas con sobrepeso, hipertensas y diabéticas.
Esta conclusión no es la única. Recientemente, otro artículo publicado en el Journal of the American College of Cardiology, aportaba unas conclusiones similares: los alimentos que aumentan el azúcar en la sangre están relacionados con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en el futuro.
Estos son algunos consejos para reducir el consumo de carbohidratos:
- Para desayunar, se pueden sustituir los cereales del desayuno por unas tostadas elaboradas con pan integral. O incluso con otro tipo de alimentos ricos en proteínas, como el huevo, el pavo o el jamón de york. Se puede acompañar con una grasa saludable, como puede ser el aceite de oliva o el aguacate. Además, provocan que nos sintamos más saciados.
- Sustitución de alimentos. Engaña al paladar en algunos platos. Por ejemplo, se puede sustituir el arroz por coliflor rallada o incluso como masa para pizza, o calabacín por patatas en una tortilla.
- Utilizar edulcorantes naturales, como la estevia o el azúcar de abedul.
- Apostar la pasta de verduras. Se pueden hacer espaguetis de calabacín o de zanahoria y darle sabor con diferentes salsas.
- Las harinas de frutos secos pueden ser un buen sustituto de la harina de trigo a la hora de hacer algún tipo de dulce o incluso pan.
- Sustituir las bebidas con gas por bebidas elaboradas con frutas naturales maceradas. Y abandonar las bebidas light, pueden ser contraproducentes a pesar de lo que se dice de ellas en la publicidad.