Una de las grandes plagas del siglo XXI es el alarmante descenso en el tiempo que destinamos a dormir. Un grave problema que está causando un impacto negativo en la salud de millones de personas en el presente y que tendrá aún mayores repercusiones en el futuro.

La privación del sueño afecta a la salud física y mental de las personas. Problemas de salud que van desde la manera en la que el cuerpo almacena las necesarias grasas que nos protegen, hasta distintos padecimientos psiquiátricos.

Dormir lo necesario favorece el sistema inmunológico y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas, entre las que se encuentran la diabetes tipo 2 y la obesidad.

Son muchos los médicos que afirman que el estrés en el trabajo afecta a la facilidad para conciliar el sueño. Sin embargo, estudios recientes también han concluido que la falta de sueño hace que el trabajo se convierta en más estresante.

Asimismo, la falta de descanso provoca que aumenten las lipoproteínas, ricas en triglicéridos, un hecho que puede provocar la obstrucción en las arterias.

Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Ball State analizó a 150.000 adultos estadounidenses trabajadores entre 2010 y 2018. El trabajo reveló que el 31% de las personas no dormía lo suficiente en 2010, una cifra que aumentó hasta el 36 por ciento en 2018. Los resultados fueron casi idénticos entre hombres y mujeres.

Entre las causas de la reducción del sueño de las que informaron los científicos se encuentran el incremento en el número de horas trabajadas, un mayor estrés laboral y una creciente prevalencia de diversas afecciones crónicas. Pero la más llamativa de todas tiene que ver con un mayor acceso y uso de los dispositivos electrónicos por la noche. Un problema que aumenta cada año.

No dormir lo suficiente afecta a otros muchos aspectos de la salud. Así, la falta de un sueño reparador puede afectar a la forma en la que pensamos y reaccionamos, lo que implica una disminución del estado de alerta y un deterioro de la memoria. Además, el estado de ánimo de las personas también se ve notablemente afectado.

Continuando con los problemas que puede conllevar dormir menos de esas 7 horas, además de la obesidad y la diabetes ya citadas, los expertos citan una mayor presión arterial, un sistema inmunitario debilitado y un bajo deseo sexual.

En lo referente al aspecto mental, un deficiente descanso puede provocar ansiedad, depresión, paranoia y alucinaciones.

La falta de sueño puede provocar, en el caso de los niños, hiperactividad, que no tiene que confundirse con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).