La exposición a sustancias químicas es muy elevada en nuestra sociedad. Bien sea a través del aire contaminado, los aditivos de los alimentos, de los plásticos que utilizamos incluso para vestirnos… En los últimos años, son cada vez más los estudios que analizan el impacto que tienen en nuestro organismo pero hace falta aún mucha más investigación al respecto. Un científico de salud ambiental de la Universidad de Massachusetts Amherst ha utilizado un nuevo enfoque para identificar qué mecanismos moleculares en los mamíferos (los procesos biológicos que comprenden las funciones de nuestro organismo) son los más sensibles a las exposiciones químicas.
El estudio, publicado en la revista Chemosphere, avanza en la comprensión de la interacción de sustancias químicas, tanto contaminantes como farmacéuticas, en la expresión genética y el impacto en la salud humana. Los expertos identificaron los genes y las vías moleculares más sensibles a las exposiciones químicas, incluidos los mecanismos relacionados con el envejecimiento, el metabolismo de los lípidos y las enfermedades autoinmunes. “Estos hallazgos prueban por primera vez que las epidemias actuales de trastornos metabólicos y autoinmunitarios pueden deberse en parte a una amplia gama de exposiciones químicas”, aseguran los participantes en la investigación.
El estudio
Para llevar a cabo su análisis, los expertos extrajeron datos sobre interacciones químico-genéticas de la base de datos de toxicogenómica comparativa, que incluye humanos, ratas y genes de ratón. En total, se tuvieron en cuenta 591,084 interacciones genéticas químicas de 2.169 estudios que utilizaron análisis de expresión génica de alto rendimiento, lo que significa que observaron múltiples genes.
Su objetivo eran encontrar algún enfoque que les dijera de una manera completamente imparcial qué mecanismos son sensibles y cuáles no. Al superponer muchos estudios de alto rendimiento, han podido comprobar los cambios en la expresión de todos los genes a la vez. Las interacciones analizadas abarcaron 17.338 genes únicos y 1.239 sustancias químicas únicas.
Los investigadores dividieron su base de datos de productos químicos en dos partes: productos químicos farmacéuticos, que están diseñados para apuntar a cascadas moleculares conocidas; y otros productos químicos como industriales, agrícolas, cosméticos y contaminantes. Cuando se comparó la sensibilidad de los genes a las sustancias químicas farmacéuticas con la sensibilidad de los genes a otras sustancias químicas, los resultados fueron los mismos.
El estudio confirmó los mecanismos moleculares que anteriormente se reconocían como sensibles a la exposición química, como el estrés oxidativo. Los nuevos hallazgos del estudio de que las vías que involucran el envejecimiento, el metabolismo de los lípidos y las enfermedades autoinmunes también son altamente sensibles sugieren que las exposiciones químicas pueden tener un papel en afecciones como la diabetes, la enfermedad del hígado graso, el lupus y la artritis reumatoide, entre otras.