La Sociedad Catalana de Obstetricia y Ginecología (SCOG) considera que el Gobierno se ha equivocado a la hora de comunicar el plan para el abordaje de la violencia obstétrica y la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos, elaborado por los Departamentos de Salud y de Igualdad y Feminismos, en colaboración con varios agentes y sociedades científicas, entre ellas la SCOG, porque traslada la sensación que las cesáreas son una práctica generalizada y cuestiona un supuesto abuso. "A los profesionales de la obstetricia y la ginecología nos incomoda y nos duele que se traslade la sensación que actuamos de manera generalizada por motivaciones ajenas a proporcionar la mejor atención posible y sin respetar la voluntad de las mujeres. El SCOG, afirma en el comunicado que los profesionales de la obstetricia y ginecología, "al contrario, nos formamos de manera continuada con el fin de ofrecer una atención respetuosa y de acuerdo con la evidencia científica más actual".
Un porcentaje de cesáreas del 21,1%
El Gobierno presentó este lunes un plan contra la violencia obstétrica con 50 acciones dirigidas a poner fin a estas conductas y prácticas que sufren las mujeres cuando no se las informa o se las trata sin respeto en lugares como la consulta ginecológica o la sala de partos. La SCOG "acoge los objetivos contenidos en el plan" y valora "positivamente el trabajo hecho por el grupo que lo ha elaborado", pero rendiréis al gobierno que en la comunicación del plan entre otros, se cuestiona el índice de cesáreas en Catalunya. La decisión de realizar una cesárea es una decisión responsable y trascendente que obedece a múltiples factores". Según la SCOG, el porcentaje de cesáreas en Catalunya en embarazos no complicados en el 2022 fue del 21,1%, un dato "relevante que desmiente que se trate de una intervención que se haga de forma injustificada y siguiendo criterios espurios".
La sociedad también ha hecho alusión a una encuesta con una muestra de más de 2.000 mujeres cuyos resultados indican que el 91,8% manifestó que durante el parto se sintió bien tratada por el personal sanitario y se respetaron sus decisiones."Los buenos resultados de la encuesta no esconden que hay áreas de mejora y permiten identificar mejor las prácticas que conviene corregir, pero no quieren decir de ninguna manera que la violencia obstétrica sea frecuente o generalizada", ha resaltado la organización.
La SCOG ha reafirmado en todo caso su compromiso al combatir la violencia obstetricia: "Estamos abiertos a hacer una revisión continua de nuestra actuación, reconocemos los cambios culturales que se producen a nuestra sociedad y las carencias inherentes a los déficits estructurales y a la falta de perspectiva de género a la práctica médica".