El Gobierno está trabajando en una nueva reforma legislativa contra el tabaco. La última ley vigente contra el tabaquismo es la Ley 42/2010 pero, según los expertos, tiene algunas deficiencias que merece la pena abordar, a fin de construir una ley que sea más eficaz y más eficiente para prevenir que los jóvenes se inicien en el consumo de tabaco, facilitar que los fumadores dejen de fumar y, sobre todo, para proteger la salud de los no fumadores frente al aire contaminado del consumo de tabaco.
Así lo han dejado patente en estos días expertos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica SEPAR, que han recordado que actualmente el tabaquismo provoca 60.000 muertes anuales. Cada vez que se ha reformado la legislación antitabáquica, ha habido un descenso de la prevalencia de tabaquismo, que llegó a situarse en el 31% de la población con la ley de 2010 y siguió disminuyendo, hasta que en 2017 experimentó un repunte, hasta el 34% de fumadores.
Pero, para conseguir que la nueva ley sea efectiva, de forma que disminuya el tabaquismo en la población, los neumólogos defienden que debe incluir cinco medidas irrenunciables:
Aumento del precio del tabaco
Este aumento de precios debe abarcar a todas las formas de consumo de tabaco: cigarrillos, puros, tabaco de liar, pipas de agua, cigarrillos electrónicos y tabaco calentado.
Prohibición del consumo de tabaco en espacios públicos abiertos
Terrazas, estadios deportivos, playas, parques, plazas de toros, etc. Además, la ley debe contemplar la estricta vigilancia del cumplimiento de esa prohibición y debe definir un sistema punitivo a aquellos que la incumplan.
Instauración del empaquetado genérico
Ya que la implantación de esta medida supone la desaparición de los logos e imagen de las compañías tabaqueras y se ha traducido en menos ventas y una menor tasas de tabaquismo en los países que la han implantado, como Australia y Nueva Zelanda, con tasas de tabaquismo muy bajas.
Regular la venta, el consumo y la publicidad del otro tabaco
Aplicarlo a los cigarrillos electrónicos y los dispositivos que calientan pero no queman tabaco. Deben tener la misma regularización que tienen los cigarrillos.
Incrementar y promover la asistencia sanitaria a los fumadores
En este sentido es fundamental que se potencie la creación y desarrollo de unidades de tabaquismo en todo el sistema sanitario público y que se financien todos los tratamientos que han demostrado ser seguros y eficaces para ayudar a dejar de fumar. Todos los fumadores que hagan un serio intento por dejar de fumar, y que lo realicen en el contexto de un programa de asistencia sanitaria, deben tener acceso financiado a este tipo de tratamientos sin ningún tipo de restricciones.