La meditación qigong es una antigua práctica china que combina ejercicios de respiración controlada, movimientos suaves y meditación para promover una buena salud mental, física y espiritual. Su significado es “el maestro de la propia energía” y, según sus practicantes, tiene beneficios sobre la presión arterial alta, enfermedades cardíacas, diabetes, fatiga crónica, insomnio y dolor de piernas y espalda, entre otros.

En la medicina tradicional china, la mala salud es el resultado de la energía bloqueada que fluye a través de los doce meridianos o partes del cuerpo. Por lo tanto, se cree que el qigong promueve la salud al permitir que la energía, el qi, fluya a través del cuerpo.

Hay dos tipos principales, el qigong activo (dinámico) y qigong pasivo. El qigong activo utiliza movimientos lentos y controlados, pero intencionales y activos, que combinados con un trabajo de respiración mejora la energía yang. En la medicina tradicional china, el yang representa la energía activa, la fuerza y ​​la vitalidad, mientras que el yin representa la energía pasiva, la calma y la dulzura. Promueve el drenaje sanguíneo y linfático, el equilibrio, la fuerza muscular y la flexibilidad, y una mayor conciencia del cuerpo en el espacio.

La práctica del qigong produce numerosos beneficios para la salud

El qigong pasivo se enfoca en abrazar la energía yin a través de la quietud corporal y el cultivo mental de la energía. Durante esta práctica, el cuerpo no se mueve externamente, pero la mente está trabajando de forma similar a la meditación tradicional.

De entre los beneficios del qigong respaldados por las investigaciones, destaca la mejora del equilibrio y la marcha, así como la reducción de los niveles de estrés, según un estudio llevado a cabo en Estados Unidos en 2020 que incluyó a 95 adultos de entre 51 y 96 años. Los participantes que practicaron qigong semanal durante 12 semanas tuvieron mejoras significativas estos aspectos anteriormente indicados.

Curiosamente, el qigong también puede mejorar el equilibrio en los adultos más jóvenes. Un estudio piloto realizado por expertos de la Universidad de Extremadura con 30 personas de entre 18 y 25 años demostró un aumento del 16,3% en las puntuaciones de estabilidad después de qigong semanal durante 8 semanas.

Lo cierto es que al ser una práctica que implica meditación, respiración controlada y movimientos suaves, técnicas que han demostrado su eficacia a la hora de reducir el estrés y los síntomas de ansiedad, es aconsejable realizarlo por la población en su conjunto y muy especialmente por aquellos que estén padeciendo trastornos de esta naturaleza.

Si se quiere practicar, lo más adecuado es acudir a clases con un experto para aprender las secuencias correctamente, pero también existen muchos vídeos en YouTube como el que se muestra a continuación, que pueden ayudar a iniciarse en su práctica. Basta con dedicar unos minutos al día.