La variante épsilon de la Covid se detectó por primera vez en California el pasado mes de marzo. A partir de aquel momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la puso en su punto de mira aunque solo la catalogó "de interés" y no "de riesgo". Eso lo hizo porque la variante épsilon presenta cambios en las mutaciones, haciendo que pierdan efectividad ante la neutralización de los anticuerpos.
Ahora bien, recientemente la revista Science ha publicado un estudio de la University of Washington School of Medicine, en Estados Unidos, que arroja nueva información a lo que creíamos que era la variante épsilon.
Resistente a los anticuerpos
El estudio observa tres mutaciones en las muestras de esta variante que la hacen resistente a los anticuerpos y que se hallan en la proteína spike, que es el medio del que se sirve el virus para entrar en las células.
La relevancia del estudio se basa en que la épsilon se mostró resistente tanto a los anticuerpos que genera el virus SARS-CoV-2 como a los de las vacunas de ARN mensajero, como las fabricadas por Moderna y Pfizer.
La potencia neutralizadora del plasma
McCullam, el director del equipo de la Universidad de Washington, analizó el plasma de 15 personas vacunadas con dos dosis de Moderna, 33 vacunadas con dos dosis de Pfizer y nueve que se habían contagiado con la Covid-19. Así pues, las mutaciones de esta variante del coronavirus permiten evadir totalmente los anticuerpos y reducen su eficacia en el plasma de las personas ya vacunadas. La potencia neutralizadora del plasma contra la variante quedó reducida entre 2 i 3,5 veces más.
Al igual que el SARS-CoV-2 original, la variante épsilon infecta las células diana a través de su glicoproteína de espiga, la estructura que corona la superficie del virus. Los investigadores descubrieron que las mutaciones épsilon eran responsables de reordenamientos en áreas críticas de la glicoproteína de espiga: los estudios de criomicroscopia electrónica mostraron cambios estructurales en estas áreas. La visualización de estas mutaciones ayuda a explicar por qué los anticuerpos tenían dificultades para unirse a la glicoproteína de la espiga.
La variante épsilon que fue hallada a comienzos de 2021 en California (EE.UU), en mayo ya se había expandido a otros 34 países. De acuerdo con el banco de datos Gisaid, ya está presente en 44 países, que incluyen Estados Unidos, Corea del Sur, India y Japón.
Posteriormente al estudio del doctor McCallum, un grupo de investigadores del Instituto de Inmunología de la Jolla (California) aseguraron que aunque sí se pudo comprobar que la nueva variante ataca los anticuerpos creados por el virus o las vacunas, no los elimina del todo y además hay unas células que serían capaces de proteger al sistema inmunológico de su efecto. Dichas células se encuentran en el organismo y son las encargadas de combatir las enfermedades infecciosas.