A medida que se cumplen años, es muy común ir ganando poco a poco algo de peso que se va acumulando y del que es complicado desprenderse. Incluso aunque se sigan los mismos hábitos y no haya un incremento en la ingesta, ni se haga más o menos ejercicio.
Algunos estudios han analizado el papel del metabolismo, para comprobar si se ralentiza con la edad, así como lo que intervienen otros procesos biológicos como la menopausia. Ahora, una nueva investigación del prestigioso Instituto Karolinska de Suecia ha aportado una nueva teoría que explica a qué se debe este aumento del peso corporal: el recambio de grasas en el tejido adiposo disminuye durante el envejecimiento y facilita el aumento de peso aunque se coma la misma cantidad de comida que cuando se era más joven.
La investigación
El estudio ha aparecido en la revista Nature Medicine y para llevarlo a cabo, los expertos del Instituto analizaron las células grasas de 54 hombres y mujeres durante una media de 13 años. En el transcurso de ese tiempo, todos los participantes experimentaron disminuciones en el recambio de lípidos en el tejido adiposo, o lo que es lo mismo, en la velocidad a la que se eliminan y almacenan las grasas en las células adiposas.
Los que no engordaron durante ese proceso fue porque ingirieron menos calorías, mientras que los que siguieron con su dieta habitual de toda la vida aumentaron de peso en un promedio del 20 por ciento.
Según los expertos, los resultados indican por primera vez que los procesos en nuestro tejido graso regulan los cambios en el peso corporal durante el envejecimiento, independientemente de que otros factores como la ingesta o el ejercicio físico sean los mismos, lo que puede abrir nuevas vías para tratar la obesidad.
En cuanto a evitar que este aumento de peso se consolide y siga creciendo durante el envejecimiento, la solución es restringir el número de calorías, sustituir los alimentos con hidratos de carbono simples (azúcares), procesados y grasas saturadas por otro tipo de alimentación más saludable y hacer más ejercicio para que se acelere el recambio de lípidos en el tejido adiposo. Incluso en aquellas personas que se someten a alguna operación o se les practica una cirugía bariátrica, pueden obtener mejores resultados si lo combinan con una mayor actividad física.
En esta investigación han participado un gran número de instituciones suecas, como el Consejo de Investigación de Suecia o la Fundación Sueca para la Diabetes, lo que pone de manifiesto la importancia que otorgan las instituciones públicas de este país a la lucha contra la obesidad. Según los investigadores, “la obesidad y las enfermedades relacionadas se han convertido en un problema global y comprender la dinámica de los lípidos y la razón por la que se regula la cantidad de masa grasa en las personas nunca ha sido tan relevante como ahora”.