Uno de los principales problemas de salud a los que se enfrenta la medicina en nuestros tiempos, es el de la obesidad en la edad adulta. De ahí que constantemente los médicos hagan un especial hincapié en que cuidemos la alimentación y hagamos ejercicio con regularidad. Unos hábitos que no serían complicados de llevar a cabo si no fuera porque como sociedad los hemos ido dejando de la lado durante las últimas décadas.
Por ejemplo, en los Estados Unidos las cifras son especialmente reveladoras y sirven para ilustrar lo que está sucediendo en Occidente. En 1970, el porcentaje de adultos obesos era del 15%. Sin embargo, para 2016, las cifras se habían disparado hasta el 40%.
Siempre que se habla de la epidemia de obesidad que sufrimos a día de hoy se señala el exceso en la ingesta de azúcar, el aumento de los alimentos procesados en la dieta y la incorporación cada vez mayor de las bebidas edulcoradas de manera artificial. Sin embargo, la alarma sobre el azúcar hace años que se disparó y se puede decir que –aunque insuficientemente todavía– se han ido tomando medidas al respecto, y aun así, la obesidad continúa creciendo. ¿Por qué ocurre entonces esto?
Un equipo de científicos dirigidos por el investigador Alex Bentley, jefe del departamento de Antropología de la Universidad de Tennessee, ha querido compartir con los lectores de la revista Economics & Human Biology los resultados del estudio que han realizado.
Según se extrae de los hallazgos del trabajo realizado por el equipo estadounidense, la epidemia de obesidad tiene que ver con el consumo de azúcar de los actuales adultos cuando eran niños. Una cuestión que tiene que ver con la irrupción en las décadas de los 70 y los 80 de alimentos con un exceso de azúcar añadido preocupante.
En opinión de los responsables del trabajo, hasta ahora no existía ningún estudio que hubiera indagado en la importancia que se ha descubierto que tiene el incremento del consumo del azúcar en la infancia y el alarmante aumento de la obesidad años después.
Mediante la utilización de un proceso estocástico, el modelo realizado por los científicos norteamericanos muestra cómo el aumento del consumo de exceso de azúcar incrementó las tasas de obesidad en cada generación. Según explican los científicos, su modelo explica los años de retraso entre el consumo de azúcar, que es la causa, y el aumento de las tasas de obesidad, el efecto.
El citado modelo revela que para cada generación, la tasa de obesidad actual es la tasa de obesidad del año anterior más una función simple del exceso de azúcar promedio consumido en el año actual.
Por otra parte, el estudio también concluye que la pobreza es el principal impulsor del consumo excesivo de azúcar, dado que los datos de consumo desvelan que esta sustancia y las bebidas azucaradas han sido una parte importante del gasto de los hogares de bajos ingresos.
La buena noticia que señalan los expertos es que las tasas de obesidad infantil han descendido desde 2009, cuando gracias a un programa especial de nutrición suplementaria para mujeres, bebés y niños consiguiera reducir a la mitad la cantidad de zumos consumida. Un acción cuyos resultados prevén se verán positivamente reflejados cuando esos niños lleguen a ser adultos dentro de unos años.