La visión borrosa, poco clara y desenfocada es un problema de la vista bastante común y en la mayor parte de las ocasiones no es indicativo de nada de especial gravedad, más allá de la necesidad de unas gafas, una migraña o una conjuntivitis. Sin embargo, existen casos en los que sí puede ser indicio de algo más importante, por eso en cualquier caso es necesario acudir al médico. Estas son las razones más comunes por las que podría presentarse esta situación.
Necesidad de gafas
La miopía, la hipermetropía y el astigmatismo son errores de refracción y son las causas más comunes de visión borrosa. Se producen cuando la curva del ojo se interpone en el camino de la luz que se enfoca directamente en la retina. Aunque están muy extendidos, los errores de refracción pueden ser muy fáciles de corregir. En la mayoría de los casos, se corrige con gafas o lentes de contacto y con la cirugía con láser que puede cambiar permanentemente la forma de la córnea para corregir el problema en algunas personas.
Presbicia
La presbicia también es un error de refracción, pero que afecta a la mayoría de las personas después de los 40 años y se suele descubrir cuando cuesta mucho leer revistas o libros de cerca. Al igual que con otros errores de refracción, las gafas, las lentes de contacto y la cirugía son la solución.
Conjuntivitis
La conjuntivitis generalmente es causada por un adenovirus, causantes también del resfriado común, la bronquitis o el dolor de garganta. Aunque no suele ser grave, se propaga con mucha facilidad entre las personas. Suele desaparecer en una o dos semanas sin tratamiento, pero si tiene síntomas graves, es mejor acudir al especialista.
Dormir con las lentillas puestas
Las lentes de contacto son muy útiles, pero si se usan correctamente, pueden provocar problemas. Dormir con ellas puede aumentar el riesgo de que crezcan microorganismos que causen úlceras corneales.
Herpes ocular
La queratitis por herpes es una infección del ojo causada por el virus del herpes. Puede contraerse simplemente tocando un herpes labial en los labios y luego tocando los ojos. Las bacterias y los hongos que se abren paso después de una lesión en el ojo también pueden causar una infección. Los tratamientos como las gotas para los ojos y los medicamentos (como los antibióticos para las infecciones bacterianas) generalmente ayudan, pero el mejor método de protección contra las infecciones oculares es la prevención.
Cataratas
Aproximadamente, la mitad de las personas mayores de 75 años padecen cataratas, que se producen cuando el cristalino en la parte frontal del ojo se vuelve borroso y bloquea la luz que intenta llegar a la retina. Las cataratas suelen tardar en desarrollarse y no provocan ningún dolor ni otros síntomas. Cuando crecen e interfieren con la visión a menudo se tratan con cirugía para quitar el cristalino dañado y reemplazarlo por uno de plástico transparente.
Diabetes
La diabetes tipo 1 o tipo 2 no diagnosticada o sin controlar corre el riesgo de provocar una retinopatía diabética, que se produce cuando los vasos sanguíneos dañados tienen fugas o crecen vasos sanguíneos adicionales en la parte posterior del ojo y comienzan a sangrar.