Es el 'protagonista' más destacado de los últimos tiempos pero pocas imágenes han trascendido de él. El virus de la Covid-19, el SARSCoV2, ha sido captado por el doctor Josep Lloreta del Hospital del Mar en una imagen donde podemos verlo en los vasos sanguíneos de un paciente. Tal como describen, el virus es una especie de olla "de aspecto redondeado con una corona de peces de anclaje que utiliza para introducirse en las células que quiere infectar". Para ver esta captura microscópica, ha sido ampliada x130.000.
La SARS-CoV-2 es similar a sus hermanos, el SARS y el MERS. Como ellos, también tiene un núcleo de ARN, el material genético de virus, y una membrana de proteínas que lo rodea. Por separado, o en conjunto, estos se trasladan a través de la sangre para atacar las células. Cuando choca con la célula, el virus empieza a replicar su material genético gracias al propio engranaje interno de la persona.
El patógeno deposita su ARN y contacta con la estructura celular encargada de sintetizar las proteínas. La célula humana interpreta el ARN viral como propio, y sigue las instrucciones que acabarán infectando el resto de células. A la vez, esta repetición en cadena puede ir de 10.000 a 100.000. El punto crítico es en qué grado ataca las células pulmonares que pueden acabar dificultando la respiración. Una parte de los contagios pueden desencadenar en el síndrome de dificultad respiratoria aguda, SDRA, y, en ciertos casos acabar provocando la muerte.
Esta captura hecha con microscopia corresponde al intestino de una persona con coronavirus. Otra característica es que este SARS no forma agregados sino que actúa de forma individual "en relación con el retículo endoplasmático de la célula endoleital".
En los últimos tiempos, los científicos han mejorado la resolución de la imagen a nivel atómico y permite identificar las posiciones de los átomos individuales en una variedad de proteínas a una resolución que rivaliza con la cristalografía de rayos X. Debido a una resolución elevada, revela exactamente cómo las máquinas celulares complejas realizan sus tareas y las mejoras pueden aportar amplios conocimientos en biología.
Las mejoras tecnológicas también facilitan la tarea de los científicos para determinar la composición y la forma probable de una proteína. Las décadas de mejoras en los rayos X, los detectores y la potencia del ordenador han hecho que el enfoque sea rápido y preciso.