La situación en las UCI a consecuencia de la Covid-19 es crítica, con 621 pacientes ingresados hoy, pero la previsión es que en los próximos días se pueda llegar hasta un máximo de 900 enfermos críticos en las unidades de cuidados intensivos. Una situación, ha alertado el director del Servei Català de la Salut, Adrià Comella, que puede poner el sistema al límite.
Comella ha advertido de que la situación asistencial en los hospitales es similar a la primera oleada de la pandemia y se teme que haya un desbordamiento. "Se prevé una situación muy dura en los próximos días y semanas. No tendrá nada que ver con la segunda oleada", ha dicho Comella, cuando el máximo de ingresados en las UCI fueron 594 pacientes. Hoy en las UCI hay 1.013 pacientes, 621 por coronavirus.
Desprogramar actividad
La previsión es que se podrá llegar a un máximo de 900 pacientes Covid, a los cuales hay que sumar entre 250 y 300 con otras patologías. El sistema, ha explicado Comella, tiene capacidad para atender este volumen de enfermos críticos, pero hará "imposible" mantener toda la actividad asistencial y hará necesario desprogramar intervenciones, como de hecho ya se está haciendo ahora en diferentes hospitales. La desprogramación de actividad va entre el 10 y el 15% en función del territorio. "1.300 camas de críticos alteran la actividad. Tiene muchos riesgos", ha insitido.
Comella ha destacado el trabajo hecho por los profesionales sanitarios, tanto en los hospitales como en los centros de asistencia primaria, y ha hecho un llamamiento a mantener las medidas de seguridad y protección con el fin de frenar los ingresos en las UCI, un mensaje que ha reiterado la consellera de Salut, Alba Vergés, que ha alertado de la altísima presión asistencial.
Mascarillas
En relación con el debate abierto sobre la eficiencia de las mascarillas con la llegada de nuevas variantes de la Covid-19, la consejera ha admitido que ha abierto un debate técnico sobre esta cuestión visto lo que están haciendo otros países de Europa como por ejemplo Alemania o Francia. En el estado de Baviera, como también pasa en Austria, se obliga a llevar la mascarilla FFP2 en el transporte público y los comercios. Vergés ha recordado que hay que utilizar las mascarillas correctamente y usar las que son más seguras, las quirúrgicas y las FFP2. "Nos fijamos en lo que hacen en nuestro entorno", ha dicho.