El primer coloquio del año del Ágora El Nacional con los suscriptores del Club ha sido con el investigador, médico y escritor catalán Salvador Macip. El pasado miércoles 27 de enero una veintena de socios del diario pudieron preguntar y trasladar todas las dudas sobre la falta de vacunas, las nuevas variantes del virus y la situación en el resto de Europa.
Se han acabado las vacunas en Catalunya, ¿nos tenemos que preocupar?
Hemos sido muy optimistas con la idea de que las vacunas irían viniendo a buen ritmo, pero no es culpa de nadie que la vacuna no pueda llegar con la rapidez con la que se había prometido. Hay ciertos pasos de fabricación que no se pueden controlar al 100% y se pueden prometer mil dosis, pero si sólo te salen 500, no podrás enviar más.
¿Mejorará la situación cuando no dependamos de una sola farmacéutica?
Sí, cuando haya cuatro o cinco vacunas en el mercado ya no se notará tanto si alguna farmacéutica tiene problemas. Tenemos que esperar que, a partir de ahora, la producción de la vacuna irá subiendo y bajando. Veníamos acostumbrados de las primeras semanas, cuando las compañías tenían stock acumulado, y ahora ya vamos en tiempo real. Cuando haya más farmacéuticas jugando la partida, el impacto será menor.
¿Qué consecuencias hay cuando alguien no recibe la segunda dosis cuando le toca?
En principio no tendría que haberlas, pero hay expertos que dicen que esta protección incompleta puede producir que aparezcan nuevas variantes más agresivas. Hay otros que dicen que no hay ningún peligro. Está un poco discutido, porque no hay suficientes datos para saberlo. En principio, parece que no tendría que ser un gran drama si en lugar de esperar tres semanas en dar la segunda dosis, esperas cuatro, cinco o diez.
¿Entonces, para prevenir, es mejor no poner tantas primeras dosis?
Es un tema que se está discutiendo mucho estas últimas semanas. Es una balanza: o vacunas a más gente con la primera dosis y no das la segunda a los del principio, o das la primera y segunda dosis, y llegas a menos personas. En el Reino Unido han optado por espaciar más las dosis y el ensayo clínico lo harán hasta doce semanas para llegar a más gente.
Las últimas semanas se ha hablado mucho de las variantes del virus, ¿realmente nos tenemos que preocupar?
Dan un poco de miedo, pero variantes del virus hay desde el primer día. En estos momentos hay más de 4.000 descritas. Todas las que ha habido hasta ahora han sido menores, pero ahora adquieren la habilidad de ser más infecciosas y se convierten en dominantes porque van más deprisa que las otras, es la evolución pura y dura. Si tú tienes una mutación que te hace más hábil, en este caso más infeccioso, acabas dominando el ecosistema y siendo la variante más dominante.
¿4.000 variantes son muchas o pocas?
Son pocas en un año. Aunque no lo parezca, tenemos suerte, porque este virus es muy lento. La gripe, por ejemplo, cambia tanto de un año para el otro que necesitamos una nueva vacuna. Pasa lo mismo con el virus del sida, que muta día a día. Si tienes un paciente con el virus del sida y le haces una análisis genética cada año, verás como el virus es totalmente diferente. Es por eso que no tenemos vacunas para el sida, porque es un virus muy variable. En cambio, el coronavirus es estable, tenemos suerte.
¿Por qué aparecen estas nuevas variantes?
El virus, si nos lo imaginamos, es una bolita con un genoma dentro y una serie de proteínas alrededor, una de ellas tiene la función de engancharse al trato respiratorio. Es justo esta la que está cambiando ahora y eso le da más habilidad a la hora de engancharse. Eso lo comparten las tres variantes que nos preocupan ahora: la inglesa, la sudafricana y brasileña.
¿Y son más infecciosas?
No se está al 100% seguro, pero parece que sí. Todavía nos faltan datos, la ciencia es lenta y se necesitan más experimentos que se están haciendo. Lo que preocupa de las variantes sudafricana y brasileña es que, además, tienen unas mutaciones que los anticuerpos que generan las vacunas no las detectan tan bien. Eso pasa porque la proteína que sirve para engancharse a las células humanas es la misma proteína contra la cual estamos construyendo anticuerpos, y si esta proteína cambia, el anticuerpo no la reconoce bien.
¿Entonces la vacuna que se está administrando ahora no puede frenar estas variantes?
Un artículo que se ha publicado esta semana explica que parece que la vacuna, a pesar de todo, protegería menos, pero sí que protegería. Las vacunas que tenemos son muy buenas, nos protegen de un 95%, es un porcentaje inaudito, porque normalmente no son tan buenas. Si hay una variante que no se reconoce tan bien, hay bastante margen para que todavía la puedas controlar con los anticuerpos que genera. Sí que nos tenemos que preocupar, porque son más infecciosas y costará más de controlarlas.
¿Cuál puede ser el peor escenario?
Que aparezca una variante, sean estas o una del futuro, y que los anticuerpos no la reconozcan. Sería como la gripe, que los anticuerpos de un año no reconocen la gripe del año anterior. Entonces, haría falta ajustar la vacuna y rehacerla. Eso es relativamente fácil de hacer, no hay que volver a hacer pruebas clínicas, sólo cambiar un componente. Se tendría que revacunar a una parte de la población, a la gente más frágil o susceptible. La pandemia se acabará en un momento u otro, pero el virus no se marchará nunca.
¿Habrá rebrotes?
Sí, como la gripe, y algunos muertos, pero no habrá una pandemia que nos obligue a quedarnos en casa. El gran problema de ahora es el descontrol de los casos. La Covid es una enfermedad relativamente leve con sólo una mortalidad de un 1% y la mayoría de gente la pasa con síntomas leves. Pero infecta muchísimo y el peligro es que se paren los hospitales y, entonces, la gente se empezará a morir de la Covid y de muchas cosas más, porque no podrás atender a todos los enfermos. Eso es lo que tenemos que evitar. Tener unos cuantos casos de Covid al año no es problema. Hay que intentar reducir los casos al mínimo con la vacuna, habrá rebrotes en el planeta y algunas muertes, pero serán pocas y controlables y no llegaremos a tener que encerrarnos en casa.
Esta semana se anunciaba que hay un 8% de contagios en Barcelona con la variante británica, ¿irá a peor?
Espero que se equivoquen y que no sea un 8%, sino más. En España, los casos están subiendo de manera descontrolada y, si este problema no es culpa de tener una variante más infecciosa, sino de la incompetencia de los que nos gobiernan, cuando venga la variante más infecciosa, eso será terrible. Puede ser que en marzo tengamos una subida de contagios espectacular.
¿Cree que, realmente, hay más de un 8%?
Sí, los números son más bajos de lo que tendrían que ser porque saber qué variante circula no es fácil, se tienen que hacer una serie de pruebas que no hacemos normalmente y que sólo las hacen algunos países. Los ingleses, por ejemplo, tienen unos grandes centros de secuenciación, donde leen genomas, y enseguida saben exactamente el tanto por ciento de variantes que tienen. En cambio, en Catalunya y en la mayor parte de Europa, no tenemos estos centros, y se secuencian sólo unas cuantas muestras. A partir de aquí, se intenta deducir, más o menos, qué tanto por ciento es de cada variante. Puede ser que este tanto por ciento sea real, puede ser que sea menos o que realmente sea más alto. Esto último querría decir que el pico de casos que tenemos ahora es, en parte, porque tenemos una variante más infecciosa. Si no es así y todavía no hemos visto el efecto de la variante, preparaos para una subida de cara a marzo o abril, cuando esta variante sea la dominante.
Si seguimos esta tendencia, los hospitales quedarán colapsados, ¿cree que habrá un confinamiento domiciliario?
Me temo que sí, porque las medidas que están en marcha ahora no son suficientes. Se tendrían que haber aplicado medidas hace tres o cuatro semanas y quizás no habría hecho falta. No hace falta un confinamiento como el de marzo, porque tiene un coste social muy elevado, pero cuanto más tardemos en hacerlo, más duro será el confinamiento. La curva se dobla evitando el contacto social, pero con medidas a medio camino la curva sube poco a poco, pero sube.
Es decir, que no doblegaremos la curva con las medidas que tenemos ahora...
Habrá algún momento en que algún tipo de confinamiento será inevitable. Ojalá se pueda ir trampeando, pero con el tiempo que estamos perdiendo en aplicar medidas más duras, tenemos más contagios y más muertes. Estamos pagando un precio por no actuar con rapidez.
En el Reino Unido, donde trabaja usted, ha bajado la curva.
La curva del Reino Unido bajó cuando nos confinaron. Los alemanes, al ver la situación en Inglaterra, mucho antes de llegar al pico lo cerraron todo evitando un aumento de contagios. España, en cambio, hace igual que Reino Unido, esperar a que la curva suba hasta llegar al pico, que será cuando nos encierren.
¿En Catalunya estamos mucho peor que en el Reino Unido?
Ahora está peor España que Inglaterra. Si miras las gráficas, tienes que mirar los datos de la unidad logística, si Catalunya está muy bien, pero Aragón o Valencia, no, todo acabará volviendo si hay circulación libre entre comunidades autónomas. Ahora mismo España está fatal. En el Reino Unido estamos mal, pero tenemos menos casos. Llevamos tres semanas confinados, pero de una manera más ligera que la primera ola. Los restaurantes y las tiendas no esenciales están cerradas y las escuelas están abiertas sólo para los padres con trabajos esenciales. Es un semiconfinamiento y vamos tirando, se ha doblado la curva y hemos conseguido tener un cierto control. España todavía no lo ha hecho y no sé qué está esperando para actuar.
Cuando los grupos más vulnerables estén vacunados, ¿disminuirá la mortalidad?
Estamos vacunando a la gente más vulnerable, que es la que más muere, y de cara a mayo o junio la mortalidad se tendría que reducir bastante, pero no disminuirán los ingresos hospitalarios. Hay muchas secuelas, un 75% de las personas que la pasan tienen consecuencias seis meses después. Hay gente de 30, 40 y 50 años que seguirán colapsando el sistema. Si disminuimos la mortalidad, habremos ganado mucho, es la parte más importante, y después ya vacunaremos al resto de población. El problema real es la carga hospitalaria, que seguirá hasta que no estemos todos vacunados, porque es una enfermedad que afecta a todo el mundo. Tenemos que intentar no contagiarnos para no cargar los hospitales. Hablamos mucho de la muerte, pero no de todos los demás problemas asociados que vienen con la enfermedad.
¿Consejos para ir a votar de manera segura?
Ir a votar será una situación de riesgo relativo, no es como una rave en Llinars, pero sí que implicará contacto con gente. Id con mucho cuidado, no toquéis nada y tened el mínimo contacto posible con la gente. Se podría haber planificado mejor, pero si intentamos aplicar las medidas, será más seguro. Los que dan más miedo son los de la mesa electoral, que se les tendría que proteger mucho más de lo que se les protegerá.
¿Se tienen que priorizar las mascarillas FFP2 y FFP3?
En Alemania ya se ha obligado a llevarlas en los transportes públicos, en el Reino Unido se ha decidido no hacerlo y en España todavía se está discutiendo. No tenemos bastante información y no podemos sacar una conclusión clara. No sabemos si las FFP2 protegen más que las mascarillas normales. Además, son más caras. Alemania se lo puede permitir porque las está subvencionando, pero en Catalunya tendremos que pagar 2 o 3 euros de nuestro bolsillo por cada una. Los beneficios son inciertos, no sabemos si mejoraría la situación, y los costes económicos y logísticos son elevados. Ahora no es necesario, porque no está demostrada una gran mejora, pero no tenemos suficiente información.
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