El rebrote de Lleida preocupa el ministerio de Sanidad. Su máximo responsable, Salvador Illa, ha informado de que están en contacto permanente con el departamento de Salud de la Generalitat y siguen "con máxima alerta" el ritmo de transmisión. En declaraciones a La Mañana de Catalunya Radio, Illa ha asegurado que trabajan sobre la hipótesis que los rebrotes aumentarán las próximas semanas. "Desde el 11 de mayo ha habido 118 brotes -ahora hay 67 de activos- y que los que más preocupan son el del Segrià y el de Galicia, donde ya se han hecho confinamientos perimetrales". Una medidas que desde el ministerio han creído necesarias y suficientes, pero sin cerrar la puerta a un posible confinamiento domiciliario si hay incremento de casos, una decisión que sería competencia de las "comunidades autónomas". En el caso de Lleida, especialmente, Illa ha dicho que no se puede descartar que se tenga que aplicar.
La adaptación del Gobierno a un nuevo escenario derivado de una nueva ola por coronavirus está en marca desde hace semanas. El ministro ha detallado que se han centrado en "los mecanismos de detección precoz y de vigilancia de los casos, así como se ha hecho un refuerzo de compra de medicamentos". Situándose en el peor de los casos, Illa ha puesto sobre la mesa una segunda aplicación del estado de alarma. Sería, sin embargo, como último recurso "si volviera a haber una transmisión comunitaria sostenida que no hubiera ninguna otra manera de controlarla que haciendo un confinamiento como hicimos", ha apuntado. De momento, sin embargo, Illa considera que se está haciendo es suficiente para controlar los brotes.
El ministro ha reiterado que "todo el mundo ha llegado tarde a la pandemia, no sólo el Gobierno". "Decretamos un estado de alarma con unas condiciones muy estrictas con un número de contagios muy inferior al de otros países", ha defendido. El ministro ha dicho que en el caso de los temporeros se trabaja con protocolos específicos y ha dicho que no hubo falta de control de movilidad.
Por otra parte, Illa no ha querido entrar a valorar si la Generalitat tardó demasiado en confinar perimetralmente el Segrià, a pesar de que sí que ha señalado que era "una decisión difícil de tomar" y ha alertado que "en función de como evolucionen las cosas no se puede descartar nada", tampoco un confinamiento domiciliario en esta comarca leridana. Los brotes de las cuatro comarcas aragonesas, en cambio, "están bajo control", ya que hay "una reducción de casos" y "la evolución es positiva".
La obligación de las mascarillas
Illa no se ha querido interponer en la decisión de la Generalitat sobre el uso permanente de la mascarilla. "No me parece mal, si a la Generalitat le parece oportuno, que refuerce esta medida," ha señalado. El ministro ha recordado, sin embargo, que, por norma general, "el uso de la máscara ya es obligatorio" excepto en casos especiales por prescripción médica. Pero "si en Catalunya quieren dar un paso más, no tengo nada que decir", ha añadido.
La consellera de Salud, Alba Vergés, propuso ayer que el uso de mascarillas en Catalunya sea obligatorio siempre en el espacio público y en el puesto de trabajo aunque se mantengan las distancias de seguridad, una decisión que se tendrá que tomar hoy en el marco del Procicat.
Preguntado sobre su relación con el Gobierno, Illa ha afirmado que siempre "ha habido buena coordinación" y ha destacado que ha mantenido "una relación muy fluida" con todos los responsables de sanidad de las comunidades autónomas. Ha defendido en este sentido que "el marco constitucional ha sido una fortaleza" a la hora de afrontar la crisis, dado que ha facilitado que hubiera "elementos de coordinación permanente".