La pandemia ha causado estragos en nuestras vidas. Según un estudio publicado en la Revista Psychiatric Research ha concluido que “las poblaciones afectadas por la pandemia tienen una prevalencia significativamente mayor de depresión, ansiedad, insomnio, trastorno de estrés postraumático y angustia psicológica en comparación con la población general en circunstancias normales. Concretamente, la prevalencia de la depresión en las poblaciones afectadas por Covid-19 es más de tres veces mayor que en la población general, mientras que es cuatro veces mayor para la ansiedad y cinco veces mayor para el trastorno de estrés postraumático”.

Las consecuencias de este estrés son muchas, entre ellas, el aumento de las canas en el cabello. Lo cierto es que hay una relación directa. El estudio que lleva por título Hyperactivation of sympathetic nerves drives depletion of melanocyte stem cells (La hiperactivación de los nervios simpáticos impulsa el agotamiento de las células madre de los melanocitos) publicado en la revista Nature y llevado a cabo por la Universidad de Harvard da cuenta de ello y concluye que el estrés puede acelerar el proceso de aparición de las canas.

La razón parece estar en que cuando se produce una situación de este tipo, nuestro cuerpo de forma innata se prepara para inducir una respuesta de huida, que es lo que hace el organismo como respuesta al estrés. De esta forma se libera una hormona que provoca la desaparición de las células implicadas para elaborar los pigmentos capilares

El estrés provoca que se libere una hormona que hace que no se produzcan las células responsables del pigmento capilar

Cuando el conjunto de terminaciones nerviosas que conforman el sistema nervioso simpático de nuestro organismo –que controla las reacciones y reflejos viscerales– prepara al cuerpo para huir de un episodio de estrés, se ven afectados los folículos pilosos que contienen un bulto que alberga un grupo de células madre. Cuando se fabrica un nuevo cabello, algunas de estas células madre se convierten en pigmentos llamados melanocitos.

El estrés provoca que el sistema nervioso simpático libere una hormona llamada noradrenalina al bulto del folículo piloso. La hormona convierte una gran cantidad de células madre en melanocitos, pero apenas se forman, comienzan a alejarse del folículo y se descomponen. Cuando el folículo intenta fabricar un nuevo un pelo, quedan pocas células madre o ninguna para generar células productoras de pigmento frescas. Y el cabello se vuelve cano.

Si bien todavía no existen estudios oficiales que relacionen directamente las canas con la pandemia, lo cierto es que los expertos han advertido de que esto se ha producido y lo han comprobado en sus consultas. Ante esta situación, poco se puede hacer, más allá de intentar reducir los niveles de estrés con la ayuda de un especialista y cuidar especialmente el cabello en estas circunstancias.

A medida que el cabello pierde pigmento, la textura puede cambiar y se vuelve más propenso a la sequedad, por lo que es mejor lavarse el pelo y utilizar productos humectantes.