El Gobierno este lunes aprobó que aquellas personas menores de 60 años que hayan recibido una dosis de AstraZeneca, la segunda que se lo administre sea con Pfizer. Se da el caso que los dos tratamientos requiere dos inoculaciones para que sea el máximo de efectivo contra la Covid. En el caso de España esta medida afectaría a alrededor de dos millones de personas que trabajan en los servicios esenciales como docentes o policías. Con todo, Sanidad dejará decidir a cada persona si prefiere recibir la segunda inoculación con AstraZeneca. Esto, por eso, ha levantado voces en contra y a favor.
El problema es que AstraZeneca desencadenó una serie de trombosis cerebrales que comportó la muerte de varias personas. Con todo, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dijo que se trataba de casos aislados, por lo cual eran más los beneficios de aplicar esta vacuna, que los riesgos que comportaba no utilizarla. De hecho, según datos de esta agencia, las muertes por trombosis afectan a una persona de cada 100.000 vacunados con AstraZeneca, una cifra muy inferior, por ejemplo, de las mujeres que utilizan anticonceptivos, que este dato se eleva a los 40 casos de trombosis por cada 100.000 personas.
El problema radica que los dos tratamientos funcionan diferente. En el caso de Pfizer y Moderna se basa en un sistema pionero que utiliza un ARN modificado genéticamente que genera la proteína necesaria para activar una respuesta inmunitaria al virus. Con respecto al de AstraZeneca usa un virus manipulado genéticamente que no causa la enfermedad, pero que crea las proteínas coronavíricas para ser resistente a este. Ahora bien, ¿qué dicen los estudios sobre la posibilidad de mezclar los dos sistemas?
El estudio del Instituto de Salud Carlos III
En el caso del Gobierno ha justificado su decisión en base a un estudio liderado por el Instituto de Salut la Carlos III (ISCIII) del cual ayer se conoció las principales conclusiones. En concreto, este ha realizado el ensayo clínico CombivacS que ha consistido en aplicar a 600 personas menores de 60 años uno segunda dosis de Pfizer, con un periodo de diferencia entre ambas de entre ocho y doce semanas. El resultado del ensayo, en el cual han participado el Hospital Clínic y el de la Vall d'Hebron, ha sido positivo.
La finalidad del estudio era ver la seguridad y la inmunogenicidad –la capacidad del sistema inmunitario de responder con éxito a una infección. Por lo tanto, uno de los objetivos era ver los posibles efectos secundarios que podía tener mezclar los dos tratamientos.
En este sentido, después de recibir la segunda dosis ningún caso requirió hospitalización. Ahora bien, entre las 24 y 40 horas posteriores a la inoculación, un 40% de los vacunados manifestaron haber sufrido cefalea y malestar general y un 2,5% de los pacientes han tenido fiebre. Además, un 68% de los usuarios constataron que los síntomas eran "leves" y un 30%, "moderados". A partir del tercer día, ya no presentaron ningún efecto adverso.
Además, se ha detectado que esta combinación incrementa un 7,5 más su inmunidad, según detalló la responsable del Laboratorio de Serología del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salu Carlos III, María Teresa Pérez Olmedo. Por todo eso, la conclusión del estudio es que la mezcla es "segura y altamente inmunógena".
Alemania, como en el caso de España, también ha decidido administrar la segunda dosis con Pfizer o Moderna. Así lo acordaron el pasado 14 de abril los responsables de Sanidad del gobierno central y de los länder. "La solución que hemos encontrado ofrece una buena protección", argumentó entonces el diputado bávaro Klaus Holetschek.
¿Qué dice la EMA?
Por su parte, la EMA aconsejó que se aplicara una segunda inoculación con AstraZeneca, en lugar de utilizar otras vacunas. "El Comité de Productos Médicos para el Uso Humano (CHMP) ha recomendado seguir administrando la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca de 4 a 12 semanas después de dar la primera, en línea con la información del producto," afirmó hace un mes Nöel Wathion, director ejecutivo de esta agencia.
Pese a ello, la EMA destacaba que no existen bastantes evidencias de los efectos adversos que puede tener la mezcla de los dos tratamientos, pero tampoco que las trombosis no se pudieran producir con la segunda inoculación de AstraZeneca.
"No ha habido bastante tiempo de exposición y seguimiento para determinar si el riesgo de coágulos de sangre con plaquetas bajas después de una segunda dosis diferirá del riesgo después de la primera dosis. En la actualidad no hay datos limitados para cambiar las recomendaciones actuales", manifestó Wathion.
Estudios sobre la segunda dosis de AstraZeneca
Un informe de la revista The Lancet señala los pocos efectos adversos que se han detectado en las personas que han recibido la segunda dosis de AstraZeneca. Estas, como en el caso de las otras vacunas, presentan en los días posteriores a la segunda inyección síntomas como malestar, fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular o malestar. "Es tranquilizador que todos los síntomas de reactogenicidad fueron de corta duración", se resalta en el estudio, en el cual han participado 830 personas mayores de 50 años que han recibido la pauta completa de Pfizer, Moderna y AstraZeneca.
Ahora bien, el artículo enfatiza que los "datos se obtuvieron en participantes de 50 años o más y la reactogenicidad podría ser más alta en grupos de edad más jóvenes para quien se está defendiendo un programa de vacunación mixto en Alemania, Francia, Suecia, Noruega y Dinamarca".
Por otra parte, este fin de semana, el epidemiólogo del Hospital Germans Trias i Pujol, Oriol Mitjà, se hacía eco de un análisis del Reino Unido que ponía de patente que el riesgo de trombosis se reduce considerablemente con las segundas dosis de AstraZeneca. En concreto, se trata de un informe de la oficial Agencia de Regulación de Medicamentos y Productos de Salud de ese país, que recoge datos del 9 de diciembre del 2020 al 5 de mayo del 2021. Estas indican que de los 23,3 millones de primeras dosis administradas se han detectado 262 casos de trombosis; mientras que en el caso de la segunda inoculación, aplicada a 7,5 millones de usuarios, se han contabilizado solo ocho, es decir, una por cada millón.
Por otra parte, este estudio también apunta que todas las vacunas que se aplican en el Reino Unido, Pfizer, Moderna, AstraZeneca, a una de cada diez personas le producen los días posteriores síntomas como pequeños resfriados, dolor de cabeza, fiebre o malestar, entre otros. Además, en el caso específico del AstraZeneca se le puede añadir náuseas y escalofríos. Con todo, en el caso de este tratamiento, los efectos secundarios son menores en les segundas inyecciones. "Las reacciones adversas notificadas después de la segunda dosis fueron más leves y se informaron con menos frecuencia que después de la primera", apunta el informe.
De hecho, Mitjà este martes se posicionó en contra a implementar una segunda dosis de Pfizer a los que han recibido la primera de AstraZeneca. Desde su punto de vista, se desconoce "si puede haber efectos adversos graves" con la mezcla de los medicamentos. "De la segunda dosis de AstraZeneca sabemos que casi siempre es segura (trombo en 1 de cada millón), sobre la combinación no sabemos casi nada", enfatizó Mitjà en Twitter.
También se está disconforme con esta medida Salvador Macip, médico e investigador. Esta decisión - ha expuesto en sus redes sociales - "no tiene ninguna lógica científica" a la vez que ha remarcado: "Poner segunda dosis de AstraZeneca es seguro y eficaz, el resto no lo sabemos todavía. Esta es la única conclusión que cuenta".
Repercusiones de la nueva medida
Ahora bien, esta nueva medida también tiene sus consecuencias. Autonomías como Madrid, Andalucía y Catalunya se han mostrado en contra de esta decisión. En este sentido, la consellera de Salud, Alba Vergés, quien se ha posicionado a favor de completar la pauta con AstraZeneca, ha expuesto que si se confirma esta medida eso comportará que se detengan cerca de 90.000 citas de personas que tienen que recibir la primera dosis con Pfizer.
El mes de febrero se empezó a administrar AstraZeneca a los trabajadores de los servicios esenciales, sin embargo, posteriormente, se detuvo por las extrañas trombosis. Finalmente, se determinó que solo se aplicaría a las personas entre los 60 y 69 años.
De momento, España ha recibido 5.713.800 dosis de este medicamento de las cuales las autonomías han suministrado 4.879.675 (85,4%) y solo 578 han recibido la pauta completa, según los últimos datos del ministerio de Sanidad. En el caso de las personas de entre 60 y 69 años, se les ha inyectado una primera dosis a 4.569.891 pacientes, lo que representa el 85% de la población con esta franja de edad.
Ante esta situación, otra de las dudas es qué pasará con las vacunas encargadas por España a esta farmacéutica. El mes de octubre, el ministerio de Sanidad, entonces liderado por Salvador Illa, anunció que el país había comprado por un valor de 56 millones de euros 31.555.469 dosis de AstraZeneca, con la cual se podían vacunar en torno a 15 millones de personas.
El total de población a vacunar en el grupo entre 60 y 69 años es de 5.336.986. Por lo tanto, esta franja requerirá unos 10,7 millones de dosis de AstraZeneca para recibir la pauta completa. Si eso se le suma los dos millones de dosis inoculadas a los trabajadores de los servicios esenciales, ¿qué pasará con los 18 millones restantes adquiridos por España?