Hace años, prácticamente cualquier famosa que se hiciera una operación estética, lo negaba públicamente a pesar de las evidencias. Estaba mal visto realizarse este tipo de intervenciones para parecer más joven o mejorar la armonía facial. Sin embargo, esto ha cambiado mucho.
En parte por la aparición de las redes sociales y las influencers que cuelgan en la red una gran cantidad de información sobre sus vidas y porque las propias clínicas se hacen con sus servicios a la hora de promocionar los nuevos tratamientos y operaciones, lo cierto es que ahora lo más normal es que muchas famosas cuenten antes, durante y después de hacerse cualquier retoque, en qué consiste y cuáles son sus resultados.
La última que ha revolucionado las redes ha sido la nieta de Rocío Jurado, Rocío Flores, que ha mostrado en fotos cómo ha quedado su rostro después de hacerse una de las operaciones estéticas más demandadas en los últimos años: la bichectomía.
Consiste en una pequeña cirugía que de forma sencilla permite obtener muy buenos resultados en el rostro, afilando el mismo y haciendo más pronunciados los pómulos, una tendencia estética muy en boga en la actualidad.
Concretamente, este procedimiento consiste en extirpar de las mejillas las llamadas “Bolas de Bichat”, unos compartimentos de tejido graso que se encuentran dentro de las mejillas y que no son esenciales para el organismo. De hecho, su función es necesaria en los primeros años de vida, pero después no. Por lo tanto, tan solo se requiere una pequeña incisión en el interior de las mejillas, cerca de las bolsas de grasa, y una vez que el cirujano las localiza, las retira y completa su extracción para luego suturar la herida.
Se finaliza en poco más de una hora y la recuperación puede durar hasta 14 días, dependiendo de la respuesta de cada persona. Durante los primeros tres días, se recomienda una dieta blanda y fría, así como evitar y exponerse al sol para evitar que se pueda producir algún tipo de sangrado. Una vez que se retiran las bolsas, la inflamación va disminuyendo a lo largo de 3 a 6 meses, y una vez que esta desaparece, el tercio inferior de la cara se estiliza de forma notable dando una mayor proyección de los pómulos y una apariencia más alargada.
Se suele recomendar en hombres y mujeres con una cara demasiada redonda, en quienes se logra un mejor resultado a la hora estilizar y resaltar los pómulos. El precio puede rondar los 1.000 o 1.200 euros por lo que, dentro de lo que cabe, es asequible, al menos mucho más que otro tipo de operaciones.
La comparación entre resultado y precio es más rentable, desde luego. Lo que hay que tener en cuenta es que no en todos los rostros tiene por qué quedar bien, por lo que es necesario que un especialista realice un estudio facial para comprobar el resultado antes de hacer la intervención.