En los países occidentales, se calcula que el 1% de la población es celiaca. Se trata de un trastorno sistémico, de carácter autoinmune, por el cual una persona ante la ingesta de gluten manifiesta una inflamación de la mucosa intestinal y una destrucción de las vellosidades intestinales encargadas de absorber los nutrientes necesarios para mantenerse sano. El gluten es un grupo de proteínas de pequeño tamaño que se encuentra presente en cereales como el trigo, principalmente, el centeno, la cebada o la avena.

La enfermedad celiaca

La celiaquía es una enfermedad bien definida, de carácter permanente y que debe ser tratada retirando de forma inmediata el gluten de la alimentación. Entre sus síntomas se encuentran la pérdida de peso, la fatiga, las náuseas, los vómitos, la diarrea, la distensión abdominal, la pérdida de masa muscular, el retraso del crecimiento, las alteraciones del carácter, la anemia ferropénica y un largo etcétera.

El diagnóstico se realiza mediante un examen clínico y una analítica de sangre que incluya los llamados marcadores serológicos de enfermedad celíaca, una serie de anticuerpos que delatan su prevalencia. Además, es imprescindible realizar una biopsia intestinal, que consiste en la extracción de una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si está dañado.

Pasta

La sensibilidad al gluten no celiaca

Hasta aquí, todo claro. Pero lo cierto es que existe un porcentaje de la población a la que no se le diagnostica la enfermedad celiaca, pero que presenta una serie de síntomas debidos a la ingesta de gluten. Es la llamada sensibilidad al gluten no celiaca, que ha estado siempre rodeada por cierta controversia, pues algunos científicos no la reconocen como tal.

Desde el año 2011 se está estudiando de forma más exhaustiva, sobre todo para comprobar si verdaderamente es el gluten el responsable de esta sensibilidad o lo es algún otro componente de los cereales como en el caso del trigo. De momento, se considera como una afección con síntomas similares a los de la enfermedad celíaca que mejora cuando se elimina el gluten de la dieta.

El estudio

En un estudio publicado en la revista Gut, un equipo de expertos de la Universidad de Columbia en Nueva York, concluyeron que puede presentarse sensibilidad al gluten como resultado de una barrera intestinal debilitada, lo que desencadena una respuesta inmune inflamatoria cuando se consume gluten. Los síntomas de esta sensibilidad son muy parecidos a los de la enfermedad celiaca: dolor abdominal, distensión abdominal, diarrea, estreñimiento, astenia, cefalea, dolores articulares y cambios en el estado de ánimo.

Tarta

Para diagnosticarla, el primer paso es descartar la enfermedad celiaca o la alergia al trigo. Lo cierto es que se desconoce cuál es la causa de la aparición de estos síntomas, por eso se suele confirmar su existencia cuando, después de seguir una dieta libre de gluten durante un periodo de seis meses aproximadamente, los síntomas se revierten.

De hecho, el único tratamiento para la sensibilidad al gluten es la adhesión a una dieta libre de gluten. La hipótesis más defendida en la actualidad es que las personas que padecen la sensibilidad al gluten no celiaca presentan una respuesta inmune innata contra el agente nocivo que puede ocasionar un aumento de la permeabilidad intestinal, seguida de una respuesta inflamatoria de baja intensidad en la mucosa intestinal. En cualquier caso, lo más aconsejable es consultar al especialista para obtener el diagnóstico más adecuado.