Sentencia pionera en Barcelona. Un juzgado de lo social de la capital catalana ha reconocido que los efectos secundarios de la vacuna de la covid son accidente laboral, abriendo la puerta a todo el personal esencial que se tuvo que coger la baja después de inmunizarse. Tal como han adelantado medios como el portal 3/24 este viernes, un juez ha dado la razón a un profesor de secundaria de Santa Coloma de Gramenet que sufrió dos trombosis después de vacunarse con la vacuna de AstraZeneca. Le dieron la baja por enfermedad común y ya hacía cuatro años que luchaba para que los efectos secundarios que sufrió se consideren accidente laboral, cosa que ahora ha conseguido.
Fue el 24 de febrero de 2021 cuando Pedro García (que ahora tiene 50 años) se vacunó como personal esencial, a petición del Departament d'Educació. Si le tocó la de AstraZeneca fue por su profesión, ya que le habría tocado otra vacuna si solo se hubiera tenido en cuenta la edad. En cualquier caso, el problema fue que ingresó en la UCI del Hospital del Mar pocas semanas después de inmunizarse y le detectaron dos trombosis: una en el pulmón y otra en el hígado.
Un año y medio de baja laboral
Por suerte, el hígado le funciona bien, aunque le ha quedado como secuela la trombosis en la vena porta (que transporta sangre al hígado). El caso es que tuvo que estar un año y medio de baja laboral, cosa que lo llevó a crear la Asociación de Trabajadores Afectados por la Vacuna AstraZeneca (ATEAVA) —que tiene un centenar de socios por todo el Estado—. Un año después de vacunarse, en febrero de 2022, el profesor llevó el caso hasta el Congreso de los Diputados. Pero consideró que los políticos no hicieron nada al respecto y, por lo tanto, decidió recurrir a los tribunales.
El principal escollo a la hora de plantear la demanda era demostrar la relación de causa-efecto entre la vacuna y las trombosis, para lo cual ha sido clave la acreditación de la relación por parte del Ministerio de Sanidad vía la Agencia Española de Medicamentos. Esta acreditación es en la cual se ha cogido el juez para justificar su decisión.
Trombosis y vacunación obligatoria
Otra dificultad tuvo que ver sobre la obligatoriedad de la vacunación: es decir, si bien no fue obligatoria, García se vacunó en aquel momento por su profesión. La vacuna de AstraZeneca fue la primera que llegó y, por lo tanto, la que se puso a personal esencial como los profesores. Y eso que se certificó que podía causar trombosis, aunque el riesgo era más alto si se pasaba la covid. La defensa del profesor recordó que la ley prevé que se consideren accidente laboral todos los actos que se puedan considerar un acto de salvamento, de manera que alegó que la campaña de vacunación y los llamamientos del Govern a inmunizarse encajaban en esta norma.
Si bien García cobró el 100% del sueldo durante la baja, es verdad que no sabe si su hígado fallará. El reconocimiento de esta situación como accidente laboral (y no como enfermedad común) le permite cobrar lo que toca en caso de que no pueda seguir trabajando, a la vez que blinda la situación de sus hijos en caso de que acabe falleciendo. Ahora, la sentencia abre la puerta a profesionales como sanitarios, policías y bomberos, entre muchos otros, para que puedan reclamar lo mismo.