Dormir mal tiene muchos efectos sobre la salud, pero eso no quiere decir solo tener insomnio o dormir pocas horas, sino hacerlo de manera irregular, muchas o pocas horas o roncando. Todo afecta a la salud, como se muestra en un estudio publicado en la revista académica Neurology. En la investigación se han mostrado posibles factores de riesgo del sueño que hacen más posible desarrollar un derrame cerebral. Por ejemplo, las personas que echan siestas largas, de más de una hora al día por término medio, tienen tres veces más posibilidades de sufrir un ictus.
En el estudio, las personas que tenían esta costumbre tenían un 88% más posibilidades de sufrir esta enfermedad que quien no echa estas siestas. Unos datos similares al riesgo que sufren las personas que roncan mucho, un 91% más que las que no. Todo se ha hecho sobre una muestra de 4.496 personas, de las cuales la mitad habían sufrido un ictus. Ahora bien, este estudio no sostiene que estos hábitos del sueño son causa directa de la enfermedad, sino que destaca una cierta relación entre los comportamientos.
Gerard Mayá, neurólogo del Hospital Clínico, ha expuesto a El País que los resultados no son sorprendentes, sin embargo, "dan apoyo a conclusiones conocidas con el estudio de un gran número de pacientes". Aunque remarca, que aunque se vea una asociación entre mal sueño y riesgo de infarto cerebral, "que alguien ronque o sufra apneas del sueño no quiere decir que necesariamente tendrá un ictus".
Gran eficacia de un nuevo fármaco para el ictus
Un ensayo clínico liderado por el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona está obteniendo resultados positivos sobre un fármaco que ayuda a reducir la mortalidad de un ictus isquémico, el tipo más común. El ensayo APRIL, de fase 1b/2a, ha contado con 151 pacientes, hombres y mujeres de 18 a 90 años, de catorce hospitales de referencia en investigación y asistencia de enfermedades neurovasculares a España y Francia. El estudio, que ha dividido en grupos a los pacientes, demuestra que el grupo que recibió dosis alta del fármaco, denominado ApTOLL, demostró una disminución de la mortalidad del 18% al 5% en comparación con el grupo de placebo.
Los resultados se han presentado al International Stroke Conference (SALGO) en Dallas, en los Estados Unidos. El doctor Marc Ribó, neurólogo de Vall d'Hebron e investigador principal del grupo de Investigación en Ictus del Foso de Hebrón Instituto de Investigación (VHIR) ha presentado los resultados a LO SALGO. Según Ribó, estos "demuestran el efecto neuroprotector de ApTOLL después de producirse un ictus de forma que protege el tejido cerebral en riesgo".