La salud mental es un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Así lo define la Organización Mundial de la Salud. Desgraciadamente, y más en los últimos meses en plena pandemia, son muchos los problemas que nos acechan y que están provocando trastornos de ansiedad, depresión y estrés en muchas personas en todo el mundo.

Los síntomas de este estado de estrés pueden variar de persona a persona, pero sí que hay algunos signos que pueden denotar que puede convertirse en algo patológico y por eso se debe estar atento.  

Sentir una inquietud continua

Cuando es difícil relajarse en ninguna circunstancia, ni siquiera en momentos de relax o diversión, o cuando se salta frenéticamente de un proyecto a otro sin poder parar con una sensación de ansiedad continua, es un síntoma de que algo puede ir mal.

La inquietud constante es uno de los signos más habituales de estar sufriendo estrés

Despierto a altas horas de la madrugada

El sueño es una de las primeras cosas que se altera cuando uno se siente estresado. Si se presentan trastornos del sueño al menos 3 noches a la semana durante unos 3 meses se debería consultar con un especialista.

Sin motivación

Cuando se pierde interés en las cosas que en ocasiones normales ilusionan, cuando no apetece iniciar ninguna actividad, cuando se vive continuamente de una forma monótona, puede significar que se ha llegado a un punto de agotamiento.

Falta de energía

El estrés excesivo puede provocar que una persona se sienta física y mentalmente agotada, incluso después de 9 horas de sueño. Cada actividad puede resultar más difícil, aunque sea la misma que antes. Es una sensación de no poder con el día a día y sentirse superado continuamente por las circunstancias.

No hay concentración

Si una persona tiene dificultades para seguir una conversación, un libro, una película o una reunión, incluso en momentos de relajación, puede estar sufriendo uno de los efectos más característicos del estrés excesivo, la dificultad para concentrarse en las tareas diarias.

La dificultad para conseguir concentrarse puede provenir de un estrés excesivo

Sentimientos de indiferencia

Si las cosas que antes apasionaban o provocaban una cierta rabia dejan de importar y producen una sensación de indiferencia, como si ya no tuvieran que ver  con la vida de uno, puede ser signo de un comienzo de depresión derivado de una situación estresante.

Crítica continua

Si cualquier actividad que se realiza resulta negativa, o se siente la necesidad de estar criticando a otras personas o se sufre una molestia excesiva por lo que los demás dicen o hacen, va más allá de una mera cuestión de irritabilidad. Sobre todo si va unido a los síntomas mencionados anteriormente.