La vida en pareja no está exenta de dificultades y, a medida que pasa el tiempo, van apareciendo problemas que erosionan la convivencia y pueden poner fin a una relación de amor que al principio pudo ser de lo más apasionada.

Por eso, es importante estar atentos a los primeros signos que pueden indicar que las cosas no van tan bien como antes y que la relación se está desgastando más de lo normal. Estas son algunas preguntas que conviene hacerse de vez en cuando para saber si realmente se está produciendo una situación que pueda llevar a la alarma. 

La temida rutina

¿Se ha convertido tu relación en algo completamente previsible? ¿No tenéis ilusión por hacer ningún plan, por divertiros, por hacer algo diferente? ¿No encontráis nunca la chispa? Si las respuestas apuntan al sí, la peligrosa rutina la tenéis encima.

La indiferencia

Posiblemente, es uno de los principales males que afecta a la mayoría de las parejas a lo largo de los años. Son muchos los que, al levantarse, miran a la otra persona y sienten una sensación que describen como “estar al lado de un desconocido”.

La autorrealización

Otro clásico. Después de mucho tiempo al lado de una persona, cuando en la mente aparecen recurrentemente esta frases, es que puede haber un problema: “Necesito mantener mi espacio de autonomía por encima de la relación”; “Tengo la necesidad de autorrealizarme fuera de la pareja, los vínculos me atan, soy un individualista”.

“¡Ya casi nunca hablamos!”

La falta de comunicación es también muy típica. Y con hablar no quiere decir que hay que comentar la película que ponen en la tele. El secreto de la comunicación consiste en permitir que el otro participe de lo que es uno y de lo que uno vive. El desinterés en escuchar a la pareja y en comunicarle los sentimientos y deseos, es desgraciadamente muy común.

“Ya no te admiro”

La pérdida de admiración hacia el otro es un síntoma de algo no marcha bien, de que se ha producido una pérdida de interés. Porque admirar al otro es uno de los secretos de una relación sana y de la que se puede aprender a seguir creciendo como persona y como pareja.

El sexo

El sexo es un buen termómetro que nos permite medir el estado de la relación. Cada cierto tiempo es bueno preguntarse por el interés sexual que existe en la pareja, la frecuencia con la que se practica, la capacidad de disfrutar… Si la falta de deseo es una constante, se encienden todas las alarmas. Sin duda.