“Lo visteis un poco en el calentamiento... Tuve algunos ‘twisties’”. Con estas palabras, resumió Simone Biles su esperada actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio, que no fue la esperada tras experimentar unos saltos erráticos.
La mujer que admiró al mundo con sus acrobacias, con veinticinco medallas entre mundiales y Juegos Olímpicos, que hace poco más de dos meses había sido capaz de realizar el Yurchenko con un doble mortal carpado –un salto que no había conseguido ninguna mujer hasta ahora– o que en el Campeonato del Mundo de 2019 en Estados Unidos se convirtió en la primera mujer en hacer un doble-triple –dos saltos mortales con tres rotaciones– entre otras grandes gestas, no pudo más y falló.
El equipo de Estados Unidos decidió retirarla en plenos Juegos de la prueba de gimnasia por equipos y el equipo informó que la decisión fue por un asunto “médico”. Horas después, la Federación de Gimnasia de los Estados Unidos anunció que tampoco estará presente en la final individual “para preservar su salud mental”.
“Después de una evaluación médica adicional, Simone Biles se ha retirado de la competencia final individual. Apoyamos incondicionalmente la decisión de Simone y aplaudimos su valentía al priorizar su bienestar”, dice el comunicado.
Tal y como explica la periodista Emily Giambalvo en The Washington Post, “cuando las gimnastas tienen los twisties, pierden el control de sus cuerpos mientras giran por el aire. A veces se retuercen cuando no lo habían planeado. Otras veces se detienen a mitad de camino, como hizo Biles. Y después de experimentarlos una vez, es muy difícil de olvidar. El instinto es reemplazado por el pensamiento”.
Su caso ha encontrado en seguida eco en otros deportistas que se han sentido identificados con lo que le ha pasado a la campeona. La gimnasta Claudia Fragapane sufrió recientemente una caída tras un “twistie” que le provocó una conmoción cerebral. Tras ver lo ocurrido con Simone, ha afirmado “tiene mucho peso sobre sus hombros, todo el mundo piensa que es perfecta pero en realidad es humana, y creo que la presión es demasiada. Es realmente peligroso si dudas un poco de ti mismo, o si lo encuentras muy difícil, realmente puedes lastimarte. He estado en sus zapatos y terminé lastimándome a mí misma”.
En la rueda de prensa tras anunciarse su retirada de la final por equipos, Simone Biles declaró ante los medios que ya no confía tanto en sí misma. “Quizás esté envejeciendo. Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir. Tengo que concentrarme en mi salud mental. Al final no queremos que nos saquen de allí en una camilla. Después de la actuación que hice, no quería entrar en ninguno de los otros eventos cuestionándome. Así que pensé que era mejor si daba un paso atrás. Desde que entro a escena, estoy yo sola con mi cabeza, tratando con demonios en mi cabeza. Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi salud y mi bienestar”.
El estrés y la ansiedad en los deportistas de alta competición es un asunto ampliamente estudiado. En un artículo publicado al respecto, se señala cómo “la ansiedad y el deporte están estrechamente relacionados (…) La profesionalización de la mayoría de los deportes conlleva un grado de exigencia cada vez mayor, lo que repercute en un análisis exhaustivo de cualquier factor que, en mayor o menor medida, y de forma directa o indirecta, pueda influir en el resultado final de la competición”.
Otros estudios, como este han relacionado un nivel elevado de ansiedad con un peor desempeño del deportista. En concreto, analiza cómo la ira, la ansiedad, la culpa y la vergüenza, el alivio, la felicidad y el orgullo pueden influir en el rendimiento en los deportes competitivos.
En este otro trabajo de título “Ansiedad en deportistas jóvenes: un estudio comparativo entre hombres y mujeres, desarrollado en México”, se concluye que existe una mayor propensión en las mujeres al aumento en los índices de ansiedad durante la práctica deportiva, a diferencia con el grupo de los hombres, donde los niveles tendieron al descenso. De acuerdo con la experiencia de los participantes en el estudio, se logró confirmar la importancia que tiene la práctica deportiva en los cambios emocionales.
Cuanto más importante es un evento deportivo, más ansiedad provoca. La proximidad de la competición puede convertir esa situación en estímulo contrario, imposibilitando el control de la situación, además de evidenciar la falta de recursos emocionales para enfrentar una situación de competición.
Parece por lo tanto claro que a pesar de la condición de gran figura del deporte de la que goza Simone Biles, la mejor gimnasta de todos los tiempos, como cualquier persona está sometida a un grado de presión que puede provocar un importante descenso en sus posibilidades y en su calidad deportiva.
Tampoco hay que olvidar la difícil biografía de esta mujer y cómo ha logrado superar todas las adversidades. Fue criada por sus abuelos porque sus padres eran adictos a las drogas y uno de sus hermanos estuvo implicado en un caso de asesinato.
Pero no solo eso. En 2018 salió a la luz que fue una de las víctimas de los abusos sexuales de Larry Nassar, exmédico del equipo olímpico de gimnasia de Estados Unidos condenado a más de 60 años de cárcel por pornografía infantil y abusar sexualmente de más de 150 mujeres.
“La mayoría me conoce como una chica feliz, risueña y enérgica, pero me siento rota y cuanto más trato de apagar esa voz en mi cabeza, más alto me grita. Ya no tengo miedo de contar mi historia”, aseguró, aunque reconoció que “estaba muy deprimida. Dormía mucho porque, para mí, era lo más parecido a la muerte sin dañarme. Fue un escape de todos mis pensamientos, del mundo, de lo que estaba sucediendo”.
Afortunadamente, vivimos en una sociedad donde poco a poco se está rompiendo el tabú de la salud mental, gracias a personas como ella, convertidas en héroes sociales, que se han atrevido a afrontar su situación y comunicar al mundo cómo era su verdadero estado emocional.
Por eso, es de agradecer el comunicado de su equipo olímpico, en el que se declaraba que “después de una evaluación médica adicional, Simone Biles se ha retirado de la competición final individual. Apoyamos incondicionalmente la decisión de Simone y aplaudimos su valentía al priorizar su bienestar. Su coraje muestra, una vez más, por qué es un modelo a seguir para tantos”.