Desde que Pfizer ha anunciado esta semana que su vacuna experimental tiene una efectividad de más del 90% en la prevención del coronavirus, han empezado a surgir más dudas y más expectativas. Pfizer y su socio alemán BioNTech SE son, hoy por hoy, los primeros fabricantes de medicamentos que muestran datos exitosos de un ensayo clínico a gran escala de una vacuna contra la Covid-19.
Ahora bien, lejos de acabarse la carrera para ver qué laboratorio y sobre todo, qué país es el primero en desarrollar una vacuna para hacer frente a la pandemia, los desarrolladores de la vacuna rusa Sputnik V han asegurado en un comunicado este mismo miércoles que su vacuna tiene una efectividad del 92%. La estimación se basa en datos preliminares de un ensayo clínico de fase III, donde participan 40.000 voluntarios, 16.000 de los cuales ya han recibido las dos dosis que conforman la vacuna, según señala BBC Mundo.
El catedrático titular de Inmunología del Imperial College de Londres, Charle Bangham, exponía que los resultados daban cierta tranquilidad porque "parecen confirmar que tendría que ser posible una vacuna eficaz contra la Covid-19", detalla en el portal británico.
La profesora de la Universidad de Edimburgo Eleanor Riley, en cambio, ha demostrado cierta preocupación porque esta demostración de efectividad del 92% ha llegado sólo unos días después del anuncio de Pfizer. "Esto no es una competencia. Necesitamos que todas las pruebas se lleven a cabo con los estándares más elevados posibles", insiste al mismo medio.
Luces y sombras
La periodista de la BBC en Rusia Olga Diakonova explicaba que los dos científicos rusos con los cuales había hablado después del anuncio le habían comentado que era "demasiado pronto para considerar prometedores estos datos". De hecho, tal como explica, se ha evaluado la eficacia después de la primera dosis aunque se necesitan dos y tres semanas para que se desarrolle una respuesta inmunitaria, detallaba también a la BBC Mundo.
La diferencia con la vacuna de Pfizer es que los resultados del lunes ya incluían la evaluación de, al menos, siete días después de la aplicación del segundo componente de esta. Ahora bien, la vacuna podría tener algunas complicaciones logísticas porque necesita ser almacenada a una temperatura mínima de 80 grados bajo cero.
No son las únicas vacunas
La vacuna de Pfizer y BioNTech utiliza el código genético del virus y se espera que haya algunas cantidades muy limitadas a finales de año. Esta y la que fabrica Moderna utilizan la vacuna del tipo mRNA, aunque esta última no se espera hasta el primer trimestre del 2021. El diario británico The Guardian recoge algunas de las vacunas que están en fases más avanzadas y una de este grupo es la de Oxford y AstraZeneca que utiliza un virus que provoca resfriados a los chimpancés y también se espera que haya algunas dosis preparadas para finales de año.
Por otra parte, Novavax utiliza una proteína que lo que hace es dar impulso y fuerza al sistema inmune. Hoy por hoy, se está probando con voluntarios del Reino Unido, y si va bien, se podría disponer el segundo semestre del año que viene.
La china Sinovac, con virus inactivo, está en fase III en Brasil, Indonesia y Turquía y se habría ofrecido ya como vacuna de emergencia aunque los ensayos en Brasil se han detenido por algún efecto secundario no deseado.