Un equipo de expertos de la Universidad de Nueva York ha realizado un estudio en el que han encontrado que los niveles elevados de determinados pesticidas, así como los antiadherentes de los utensilios de cocina y los retardantes del fuego están asociados con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad celíaca. 

La investigación ha sido publicada en la revista Environmental Research y es fruto de un extenso análisis en el que se han tenido en cuenta los niveles de químicos tóxicos en la sangre de 30 niños y adultos jóvenes, de 3 a 21 años diagnosticados con enfermedad celíaca en el Hospital de Niños Langone Hassenfeld Universidad de Nueva York. 

Los niveles químicos se compararon con los de otros 60 participantes de edad, sexo y raza similares sin enfermedad celíaca. Los expertos descubrieron que los niños y adultos jóvenes que tenían niveles altos de pesticidas y otras sustancias químicas llamadas diclorodifenildicloroetilenos (DDE) tenían el doble de posibilidades de ser diagnosticados con enfermedad celíaca que aquellos que no lo tenían

El estudio también encontró que el género juega un papel en cómo los químicos influyen en el riesgo celíaco. Para las mujeres, la exposición a pesticidas más alta de lo normal significaba que tenían al menos ocho veces más probabilidades de volverse intolerantes al gluten. 

En cuanto aquellos que presentaban en su organismo niveles elevados de productos químicos antiadherentes (perfluoroalquilos o PFA), incluidos productos como el teflón, tenían hasta nueve veces más probabilidades de tener enfermedad celíaca. Por su parte, los varones jóvenes con niveles sanguíneos elevados de productos químicos ignífugos llamados difenil éteres polibromados (PBDE) tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados con la afección. 

Al parecer, los productos químicos pueden alterar la función inmune y hormonal. El sistema endocrino, que depende de las hormonas en su funcionamiento, está formado por glándulas ubicadas en todo el cuerpo.  Y este sistema está íntimamente relacionado con el inmune.

Los contaminantes orgánicos persistentes (COP) incluyen miles de productos químicos sintéticos ampliamente utilizados después de la Segunda Guerra Mundial. Algunos de ellos ya no se usan, pero permanecen en el medio ambiente porque son resistentes a la degradación y tienden a acumularse en los tejidos animales y humanos. Algunos COP conocidos incluyen bifenilos policlorados (PCB), el pesticida DDT o las dioxinas, que provienen del blanqueo con cloro de la pulpa de papel, la fabricación de algunos herbicidas y pesticidas y otros procesos industriales.  

Existen algunas formas de evitar el contacto y disminuir la exposición a estos productos químicos, como airear bien las estancias, cambiar utensilios como determinadas sartenes u ollas por materiales como el hierro fundido y lavar muy bien los alimentos. En cualquier caso, este estudio establece el primer vínculo medible entre la exposición ambiental a productos químicos tóxicos y la enfermedad celíaca.