Un estudio multicéntrico liderato por el Hospital Clínic de Barcelona-IDIBAPS ha demostrado la eficacia de la inmunoterapia CAR-TARI0002h para pacientes con mieloma múltiple resistente a los tratamientos habituales. El estudio, publicado en la revista The Lancet Oncology, demuestra que todos los pacientes tratados con esta terapia, desarrollada al Clínico, presentan una buena respuesta al tratamiento. El 70% de las respuestas son completas 18 meses después del tratamiento y el resto son parciales.
El CAR-T es un tipo de terapia celular y génica en que el paciente se convierte en su propio donante: se modifican los linfocitos T para que puedan atacar las células tumorales. Ahora, la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) está evaluando la documentación para aprobarlo como medicamento de terapia avanzada de fabricación no industrial.
Prometedor tratamiento del mieloma múltiple
La terapia CAR-T (Chimeric Antigen Recetor T-Cell) representa una opción prometedora en el tratamiento del mieloma múltiple resistente. El estudio, financiado por el Instituto de Salud Carles III, la Fundación Bosch Aymerich y la Fundación La Caixa, ha sido coordinada por el hematólogo del Clínico Carlos Fernández de Larrea, y han colaborado la Clínica Universitaria de Navarra, el Hospital de Salamanca, el Hospital Verge del Arrixaca de Murcia y el Hospital Verge del Rocío de Sevilla.
La investigación demuestra la eficacia de la terapia ARI0002h, el segundo CAR-T, que se desarrolla al hospital barcelonés y el primero de Europa para pacientes con mieloma múltiple, uno de los cánceres de sangre más común. El mieloma múltiple supone el 10% de los cánceres de la médula ósea. Allí está donde se encuentran las células plasmáticas—un tipo de glóbulos blancos— encargadas de producir los anticuerpos que ayudan a combatir las infecciones. En el mieloma múltiple, estas células realizan un proceso de crecimiento anormal y forman tumores en los huesos.
La supervivencia ha mejorado de manera significativa gracias a la incorporación de ciertos tratamientos, aunque hay una proporción importante de pacientes que recaen y que generan resistencias a las terapias. Precisamente, para poder tratarlos es que el equipo del Clínic-IDIBAPS ha desarrollado esta terapia. Estos primeros CAR-T del Clínic (el primero fue ARI-0001, para la leucemia linfoblástica aguda) llevan el nombre del Ari, una chica que, antes de morir en el 2016, espoleó al hospital en la investigación de terapias celulares y cuya familia ha recaudado fondos para que estos tratamientos sean una realidad.
Respuesta completa en la mayoría de pacientes
El equipo de investigación ha hecho un seguimiento durante 18 meses a los pacientes, y han observado una respuesta de todos los pacientes. En concreto, el 67% son respuestas completas, es decir, no han detectado presencia de la enfermedad en sangre, orina ni en el tuétano; el 27% son parciales muy buenas, y el 7% parciales. Pasados 3 meses, 24 de los 26 pacientes, a partir de muestras de médula ósea, no identificaron ninguna enfermedad residual. Por otra parte, tampoco detectaron toxicidad neurológica y los efectos adversos inmunológicos fueron leves, en parte gracias a la pauta de administración.
A pesar de los resultados positivos, hay pacientes que siguen recayendo, de manera que todavía son necesarias más estrategias. El doctor Fernández de Larrea explica que han hecho estudios que revelan que hay diferentes mecanismos que podrían ser responsables de la recaída después del tratamiento con el CAR-T. Por otra parte, han detectado una permanencia de las células del CAR-T de cinco meses en la sangre y "aunque este tiempo es similar al de otros CAR-T para esta enfermedad, todavía es corto", añade este hematólogo del Clínic y jefe del grupo sobre Mieloma, amiloidosis, macroglobulinemia y otras gammapatías del IDIBAPS.
Dosificar el tratamiento para reducir efectos adversos
Con el fin de comprobar la eficacia de la terapia, el Clínic-IDIBAPS inició un ensayo con cuatro hospitales más para tratar a 30 pacientes con mieloma que hubieran recaído después de dos o tres tratamientos previos. Todos los centros realizaron la aféresis— un proceso que se aplica para separar los componentes de la sangre— por obtener los linfocitos de los pacientes y el CAR-T se produjo al Hospital Clínico y a la Clínica Universidad de Navarra. El doctor Fernández de Larrea, coordinador del estudio, señala que gracias al aprendizaje con ensayos previos con los CAR-T desarrollados en el hospital han observado que administrar la dosis inicial de manera fraccionada podía reducir la gravedad de los efectos adversos del tratamiento sin reducir la eficacia.