Los temblores se producen cuando los músculos se contraen y se relajan de forma repetida y pueden afectar a todo el cuerpo o a algunas partes aunque, generalmente, donde más se suelen notar es en las manos. Se definen como movimientos de estremecimiento corporal que se producen de forma involuntaria y es una forma de aviso de nuestro cuerpo de que algo no marcha correctamente, aunque no tiene porque ser algo grave. En los casos más leves pueden ser algo tan simple como un indicio de que se está produciendo alguna alteración física o emocional, como el frío, la ansiedad, el estrés, el miedo o la rabia. O también pueden ser signo de una enfermedad.

Mano

Cuando el temblor es consecuencia de una alteración física o emocional se llama temblor fisiológico. Un ejemplo son los temblores que causa el frío, que se producen cuando la temperatura del cuerpo baja de los 35º C y tiene lugar una hipotermia. También las situaciones de estrés y ansiedad pueden provocarlos, por eso es bueno tener siempre aprendidas determinadas herramientas, como por ejemplo la respiración profunda, que ayuda a calmarte. Otro tipo de temblores fisiológicos son los que se producen cuando sentimos miedo o rabia. Son actos reflejos que desaparecen una vez finalizado el estado emocional en cuestión. Eso sí, si se repiten con el tiempo debes acudir al médico.

Un consumo excesivo de café u otras bebidas que contengan cafeína, una bajada de azúcar o hipoglucemia o el uso de determinados fármacos que contengan, por ejemplo, antidepresivos, litio o corticosteroides pueden producir también estos movimientos involuntarios. El problema aparece cuando los temblores no están asociados a estados emocionales alterados y se mantienen en el tiempo. De entre estos, hay que distinguir dos tipos que son los siguientes.

El temblor de acción

Se produce cuando con la intención de mantener una postura se mueve involuntariamente un músculo. El más frecuente de los temblores de acción es el esencial, que se suele producir en personas de avanzada edad (aunque también se dan casos en menores de 60 años). Puede afectar a cualquier parte del cuerpo, aunque las manos y la cabeza son las más comunes.

En principio no tiene por qué estar relacionado con una enfermedad en concreto, pues suele ser consecuencia del envejecimiento. Aunque en ocasiones puede ser signo de alguna lesión en el cerebelo, provocada por un ictus (una enfermedad cardiovascular que afecta a los vasos sanguíneos) o como origen de una esclerosis múltiple.

Temblor

Temblor de reposo

Cuando una persona no está realizando ninguna actividad, es decir, cuando se está en reposo, puede aparecer un ligero temblor que desaparece durante el sueño. Es el típico temblor de la enfermedad de Parkinson, una dolencia neurológica que provoca rigidez muscular y alteraciones en la coordinación de los movimientos. Se debe acudir al médico cuando la intensidad del temblor aumenta considerablemente, sobre todo en estado de reposo, y existe una dificultad para llevar una vida normal. O también cuando están asociados a otros síntomas como dolores de cabeza intensos y movimientos anormales involuntarios en otras partes del cuerpo, como la lengua.