¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo, en palabras del Dr. Javier González Lagunas, jefe del Servicio Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Quironsalud Barcelona, se define como el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes de forma continuada en el tiempo y sin propósitos funcionales. Los bruxistas pueden hacer dos tipos de movimiento: o bien aprietan fuertemente unos dientes contra los otros o bien los frotan entre sí con movimientos anormales.

¿Cuáles son sus causas?
El bruxismo afecta a un porcentaje de la población elevado. Existe una relación con el sexo, ya que en algunas publicaciones afecta prácticamente al doble de mujeres que de hombres. No obstante, algunas variantes son más frecuentes en varones que en mujeres. Las mujeres entre la pubertad y la menopausia constituyen el mayor porcentaje de los pacientes que sufren una disfunción temporomandibular, que es una de las principales complicaciones del bruxismo.

Sin duda alguna, según explica el Dr. González Lagunas, el origen del bruxismo es multifactorial. Si bien se consideraba su relación con las interferencias oclusales, actualmente la disoclusión se contempla como un factor contribuyente más en la función masticatoria.

Se considera que el estrés emocional forma parte de la fisiopatología del bruxismo. También la predisposición genética y alteraciones del sistema nervioso central. Algunos estudios sugieren la relación con el reflujo gastroesofágico y con ciertos fármacos. Pero el factor más importante es el estrés y la ansiedad, subraya el doctor. Los pacientes con ansiedad pueden tener una incidencia de bruxismo tres veces mayor que los sujetos no ansiosos.

Javier González  Lagunas2 / Quironsalud
 

¿Cuáles son sus síntomas?
Habitualmente se acompaña de dos tipos de síntomas. Por un lado, problemas dentales: astricciones, pérdida de altura de la corona dental, facetas de desgaste no funcionales, fracturas dentales, recesión de encías y movilidad dental, sensibilidad dental o peor pronóstico en el tratamiento con implantes.  Los síntomas más severos suelen ser la cefalea, dolor muscular y en la articulación temporomandibular y la alteración en el patrón de sueño.

¿Qué pasa si no se trata el bruxismo?
El bruxismo o las parafunciones mandibulares, comenta el doctor, pueden provocar también desgastes en la articulación temporomandibular, degeneración del menisco, luxaciones de la articulación y otras patologías articulares.

¿Cómo se puede tratar?
El tratamiento del bruxismo combina terapia conductual para afrontar las situaciones de estrés o ansiedad que pueden desencadenar el problema, fisioterapia para relajar la musculatura afecta, y férulas de descarga, explica el Dr. González Lagunas. Estas férulas son el dispositivo que utilizan los dentistas para tratar o prevenir las consecuencias del hábito bruxista sobre los dientes. Pero tratan las consecuencias y no se dirigen al núcleo del problema.

Se trata de unas placas de material acrílico rígido y adaptadas (individualizadas) para cada paciente. Cubren las superficies oclusales de todos los dientes sin llegar a cubrir las encías.  Las férulas se elaboran a partir de un modelo exacto de la boca del paciente. No se deben utilizar los materiales blandos porque incitan aún más el hábito de apretar. Deben tener un grosor concreto dado que eso impide la contractura muscular y conlleva a la relajación de los músculos. Debe haber también un seguimiento por parte del profesional que valore la evolución del paciente y se puedan realizar ajustes en clínica. Cada férula debe ajustarse a los diferentes perfiles de pacientes que causan dicha patología.

En fases agudas se puede recurrir a al empleo de antiinflamatorios y relajantes musculares, indica el doctor. De esta manera aliviamos los síntomas (a veces dolores muy intensos) pero no estamos tratando las causas del bruxismo.

Finalmente, el Dr. González Lagunas explica que un tratamiento útil en casos rebeldes es el empleo de toxina botulínica (Botox) en los músculos maseteros y temporales. Esta sustancia actúa debilitando los músculos durante unos 6 meses, actuando solamente sobre los músculos masticatorios donde se infiltra.