Son las diez de la noche. De pronto, las calles quedan prácticamente vacías, Catalunya queda cerrada a cal y canto. El toque de queda ha entrado en vigor. Pocas son las excepciones que permiten a los ciudadanos andar por las calles catalanas. Esta noche de lunes a martes es la primera que los Mossos d'Esquadra y las policías locales empezarán a multar a todos aquellos que estén andando por la calle entre las diez de la noche y las seis de la mañana, aunque es la segunda con la medida en vigor.
Un hombre andando por el centro de Barcelona minutos antes del toque de queda / Sergi Alcàzar
Una vez ha llegado la hora, despacio, la gente ha ido tirando hacia casa, de manera disciplinada, sin muchos problemas. La calma se ha apoderado de todo Cataluña. Una buena prueba era el vestíbulo de la estación de Sants. Vacío y frío, contrastando con el bullicio del día a día, de centenares de catalanes llegando a la capital para trabajar.
Una de los andenes de Sants una vez activada el toque de queda / David González
No obstante, tan sólo treinta minutos antes de la hora marcada, todavía se podía ver bastante actividad por las calles del centro de Barcelona, la mayoría coches. Lo que no se ha observado era excesiva prisa en la gente para abandonar las calles de la capital catalana y volver a casa. Tampoco se ha podido apreciar mucha presencia policial.
Imágenes del centro de Barcelona minutos antes de la entrada en vigor del toque de queda / Marc Ortín
La Rambla de Barcelona, minutos antes del toque de queda / Sergi Alcàzar
Controles policiales
Quienes, por el contrario, sí que han salido a las calles a partir de las diez, tal como avisó el Govern, han sido los Mossos y las policías locales de Catalunya, que en las próximas semanas serán los encargados que el resto de la ciudadanía cumpla las medidas.
Así funcionan los controles policiales durante el toque de queda:
Control policial de los Mossos durante el toque de queda / Marc Ortín
Imágenes de un control de los Mossos durante el toque de queda / Sergi Alcàzar
Multas
Como con todas las normas impuestas por el Govern, quien se salte el toque de queda tendrá que pagar una multa administrativa, y este fin de semana, el conseller de Interior, Miquel Sàmper, anunció el precio de estas. Las sanciones irán desde los 300 hasta los 6.000 euros de multa. Ahora bien, el conseller también ha asegurado que el hecho de imponer multas no busca ser una medida "coercitiva" ni con voluntad recaudatoria.
Certificado para ir por la calle
Para los ciudadanos que puedan salir a la calle durante el toque de queda, los Mossos y el Departamento de Interior han preparado un certificado de auto-responsabilidad para poder justificar la salida. Se trata de un certificado que hay que llenar en este enlace y genera un documento que se puede imprimir o llevar en el teléfono.
Las excepciones para poder salir son realmente pocas. Se puede salir para ir a buscar asistencia sanitaria de urgencia, ir y volver de trabajar, volver al domicilio desde centros educativos y actividades culturales, cuidar de personas mayores o animales de compañía y retornar al domicilio en caso de viaje. Además, el personal de los servicios esenciales, sanitarios y sociales se podrán desplazar debido a su profesión.
¿Confinamiento el fin de semana?
Ante el toque de queda y el aumento sin freno de casos de coronavirus, este lunes se ha puesto sobre la mesa una nueva medida preventiva, el confinamiento de fines de semana. La consellera de la presidencia del Govern, Meritxell Budó, lo ha planteado en una entrevista a Catalunya a Ràdio. Budó ha señalado que durante los fines de semana es cuando hay más interacción social y ha remarcado que empieza a haber una tensión "importante" en el sistema sanitario.
Al mismo tiempo, el secretari general de Salut, Marc Ramentol, ha afirmado que confinar a la población los fines de semana "se ha puesto sobre la mesa" y ha añadido que "a lo largo de los próximos días" se tendrá que acabar de configurar el "nuevo paso" a dar, dependiendo de la situación epidemiológica a Catalunya.
Imagen principal: La plaza Cataluña de Barcelona pocos minutos antes de la activación del toque de queda / Sergi Alcàzar