Nuevo hito de la medicina y una nueva esperanza en un contexto de falta de órganos humanos disponibles para hacer trasplantes. Ha pasado en los Estados Unidos, donde el pasado viernes, un grupo de cirujanos trasplantaron el corazón de un cerdo genéticamente modificado a un paciente. Se trata de David Bennett, un hombre de 57 años a quien se le habían agotado las opciones por un trasplante ordinario a causa de sus condiciones. Ante esta situación, el Centro Médico de la Universidad de Maryland decidió "por motivos compasivos" probar este procedimiento tan extraordinario. Ahora, días después de la operación, Bennett, que sufría arritmias, se encuentra en buen estado y bajo vigilancia médica.
El paciente era plenamente consciente de que nada le garantizaba que esta cirugía experimental pudiera funcionar. "Era morir o hacer este trasplante. Quería vivir, sabía que había pocas posibilidades, pero es mi última opción", explicó Bennett un día antes de la intervención en un comunicado de la Universidad de Maryland. Todavía es pronto para saber si esta operación conseguirá alargar la vida del paciente. Más allá de eso, supone un paso adelante muy importante en la investigación para poder llegar a trasplantar órganos de origen animales a humanos para salvar vidas: ¿será este el caso de David Bennett y el corazón de cerdo genéticamente modificado? De momento, dice la Universidad, ha quedado demostrado que puede funcionar sin que se genere un rechazo inmediato.
110.000 ciudadanos en lista de espera
La Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. autorizó esta intervención a finales de diciembre. Bennett, encamado desde hacía meses a causa de su enfermedad, fue informado de los riesgos que suponía para él la operación, ya que es una técnica experimental. "Ha sido una cirugía revolucionaría y supone un pequeño paso más en la solución de la crisis de escasez de órganos. No hay suficientes corazones humanos de donantes disponibles para llenar todos los receptores", así se pronunció Bartley Griffith, el médico encargado de la intervención.
Actualmente, unos 110.000 ciudadanos de los Estados Unidos esperan un trasplante de órganos. Estos no siempre llegan a tiempo: más de 6.000 pacientes mueren cada año en la lista de espera, según ha informado la Universidad.
Modificación
El hecho de que el cuerpo de Bennett no haya rechazado automáticamente el corazón de cerdo supone un cambio muy importante con respecto a anteriores intentos. En pasadas ocasiones, los órganos animales eran rechazados con mucha rapidez, como en el caso de la niña Fae, que en 1984, siendo un bebé, sobrevivió 21 días con el corazón de un babuino. La principal diferencia en el caso de Bennett reside en el hecho de que el corazón había sido sometido a una edición genómica para retirarle un azúcar de las células, que era el responsable del rechazo prácticamente inmediato de los órganos.