En los últimos años, el trasplante capilar se ha convertido en uno de los tratamientos estéticos más demandados por los hombres en todo el mundo. Los avances tecnológicos producidos en los últimos años y el abaratamiento de los precios han propulsado esta técnica que permite a muchos recuperar su cabello. Se realiza mediante una cirugía mínimamente invasiva que aumenta la cantidad y el grosor del pelo.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de alopecia y que no todas responden igual a este tipo de trasplantes. Para determinar su origen, se han de realizar algunas pruebas médicas como la tricoscopia, que analiza por imagen el cabello y el cuero cabelludo y el tricograma, que se realiza mediante un microscopio.
La mayor parte de los hombres sufren alopecia androgenética, que tiene su origen en factores genéticos y que es la que mejor respuesta ofrece a un trasplante. Pero en el caso de sufrir otros tipos, como la alopecia fibrosante, que se debe a un proceso autoinmune, o la de liquen plano pilar, que provoca la destrucción del folículo piloso, los resultados no serán positivos y no conviene realizarla.
Una vez que se ha determinado el origen de la pérdida del cabello y la adecuación del trasplante, se procede a realizar la intervención, generalmente con anestesia local, por lo que no resulta doloroso. Las dos principales técnicas son la cirugía de tira de unidad folicular y la extracción de unidad folicular (FUE), la más novedosa.
La primera de ellas se lleva a cabo extrayendo tiras de cuero cabelludo de atrás, con el objetivo de hacerse con las unidades foliculares para implantarlas luego en otra zona de la cabeza. La segunda y más novedosa, permite obtener directamente del cuero cabelludo las unidades foliculares mediante un instrumento cilíndrico especial para después implantarlas directamente en la zona de calvicie.
Hay que tener en cuenta que el cuero cabelludo puede ser bastante sensible después de la cirugía de trasplante, por lo que será necesario usar vendajes durante unos días, tomar medicamentos para el dolor, puede ser que un antibiótico para prevenir infecciones o un antiinflamatorio para detener la hinchazón.
El tiempo de recuperación depende del tipo de cirugía utilizada, aunque generalmente suele ser de una semana. La mayor parte del cabello trasplantado se cae en las siguientes seis semanas posteriores a la cirugía. El crecimiento del nuevo cabello es visible en las áreas receptoras en cuestión de meses.
Por último, hay que tener en cuenta los riesgos: infección, sangrado excesivo, inflamación de los folículos pilosos, cicatrices en el cuero cabelludo y crecimiento de nuevo cabello irregular y poco natural. Por eso es necesario asegurarse de qué clínica va hacer el tratamiento y no fijarse sólo en cuestiones económicas, sino de prestigio profesional.